La OPAQ enfrenta un dilema sobre un nuevo mecanismo para culpar de los ataques químicos

Moscú no va a cooperar con un nuevo organismo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que investigará los incidentes y atribuirá la culpa de los ataques químicos, dijo el enviado ruso a la OPAQ y embajador en los Países Bajos, Alexander Shulgin, a Izvestia. Rusia se opone categóricamente a expandir las funciones de la OPAQ y promete hacer todo lo posible para demostrar el papel destructivo del mecanismo atributivo, dijo.

«La ‘reforma’ mundial es inapropiada en este caso porque generalmente tiene un significado positivo. El mecanismo de atribución de la OPAQ es un mandato impuesto por los Estados Unidos y sus aliados, que no tiene nada que ver con el derecho internacional y las disposiciones de la Convención sobre las armas químicas». enfatizó el diplomático. «Cualquier paso en esta dirección no es más que entrometerse en el dominio exclusivo del Consejo de Seguridad de la ONU. No podemos aceptar esta flagrante violación del derecho internacional y esto significa que no participaremos en esta burla».

Según el diplomático, China, Pakistán y muchos otros miembros de la organización se encuentran cara a cara aquí. Una fuente diplomática rusa dijo al periódico que Moscú no financiaría este mecanismo y que no iba a «factorizarlo».

El mandato de la OPAQ se amplió por iniciativa del Reino Unido con el apoyo de los Estados Unidos y Francia. Una fuente diplomática británica le dijo a Izvestia que esta iniciativa se presentó porque Rusia había vetado previamente las resoluciones de la ONU sobre ataques químicos en Siria. Para romper el punto muerto, se introdujo otra plataforma internacional, explicó la fuente.

Dado que algunos países, incluida Rusia, no reconocen el nuevo mecanismo, la organización inevitablemente enfrentará una brecha entre sus miembros y problemas cada vez mayores, dijeron expertos al periódico. «Esta crisis es evidente ahora y está causando mucho alboroto en la OPAQ, que debería ser imparcial y estar más allá del conflicto de intereses políticos», dijo Andrei Manoilo, profesor de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov y doctor en ciencias políticas. «Pero algunos estados occidentales han estado haciendo grandes esfuerzos en los últimos años para convertir esta organización en una herramienta política que rápidamente sellará las conclusiones para poner acusaciones contra otros países».

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