Con amenazas responden los golpistas ante el posible retorno de Evo Morales a Bolivia


Con amenazas de encarcelar al expresidente Evo Morales respondieron hoy miembros del gobierno surgido del golpe contra el mandatario indígena, a su anuncio de que puede volver en cualquier momento a Bolivia.

La ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, y el ministro del Interior, Murillo, coincidieron en esa reacción tras declaraciones de Morales sobre su posible retorno.

‘Vamos a ver la forma cómo aporto a la campaña desde acá, si no me permiten entrar. Yo soy expresidente. A mí no pueden procesarme. Si quieren procesarme, tienen que hacer juicio de responsabilidades. Y, si quiero, puedo entrar cualquier momento a Bolivia’, afirmó el líder indígena, refugiado en Argentina.

Lizárraga dijo que Morales, si regresa, será sometido a los tribunales para que responda por el supuesto fraude alegado para desestabilizar violentamente su gobierno y obligarlo a renunciar, y por las protestas sociales contra el golpismo.

Se refirió así a las protestas de las localidades de Sacaba y El Alto, donde una veintena de manifestantes fueron muertos a balazos por tropas enviadas por el gobierno de facto, que las presenta como actos de terrorismo.

En una política denunciada como criminalización de la protesta y la oposición política, Morales, el exvicepresidente Álvaro García Linera y otros exministros de su gobierno han sido acusados de terrorismo y sedición por las demostraciones contra el golpe.

Por su parte, el ministro del Interior, Arturo Murillo, dijo en una visita a Estados Unidos que ‘en las próximas horas’ saldrá una orden de detención contra el expresidente de ese país Evo Morales, asilado en Argentina.

En declaraciones a una agencia europea de noticias, dijo que ya fue emitida otra orden de detención para el exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y reiteró que este y el exgobernante son acusados de terrirsmo.

El ministro reiteró que el gobierno no dará a Quintana salvoconducto para que pueda salir asilado a México, en cuya embajada en La Paz se encuentra junto a otros perseguidos a quienes se les niega también la salida al paíz azteca.

La visita de Murillo a Estados Unidos tiende a confirmar el padrinazgo de Wasghington al golpe contra Morales, al igual que el respaldo dado hoy por el presidente norteamericano, Donald Trump, a la presidenta golpista, Jeanine Áñez, quien se apresuró en agradecerle.

‘Estados Unidos apoya a la gente de la región por la paz y la democracia’, añade el mensaje de Twitter emitido por el gobernante norteamericano de extrema derecha.

El régimen cuya cabeza visible es Áñez normalizó las relaciones diplomáticas con Washington, reducidas al nivel de encargados de negocios por Morales, debido a la constante injerencia estadounidense en la política boliviana.

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