La canciller Angela Merkel ha insistido en que Berlín no cederá ante la presión de Washington después de que el Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que sanciona a las empresas alemanas que trabajan en un oleoducto que entregará gas natural desde Rusia.
Durante la sesión de preguntas y respuestas del miércoles en el parlamento, los legisladores le preguntaron a Merkel sobre la posibilidad de que Estados Unidos imponga sanciones a las empresas alemanas que construyen el gasoducto Nord Stream 2.
La canciller dijo que se opone firmemente a tales sanciones porque tienen un efecto extraterritorial. Sin embargo, no presionarán a Berlín para que abandone el proyecto, dijo.
No hemos retrocedido [a los Estados Unidos] con respecto al asunto de la NSA [espionaje], ni tenemos la intención de dar marcha atrás ahora.
El martes, el Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que permite la imposición de sanciones a las entidades alemanas sobre Nord Stream 2. Los funcionarios en Washington han tratado de presionar a Alemania para que abandone el proyecto, argumentando que haría que el país fuera demasiado dependiente de Moscú.
Merkel, sin embargo, siempre ha mantenido que el Nord Stream 2 sirve a los intereses económicos de Alemania, y Rusia es un proveedor confiable de gas. También ha negado en repetidas ocasiones las afirmaciones de que la nación corre el riesgo de volverse demasiado dependiente económica y políticamente de Rusia.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, criticó la cruzada de los Estados Unidos contra el oleoducto como un intento de promover la venta de su propio gas natural en Europa mediante la «competencia ilegal».