Moscú rechaza el informe de la Misión de Monitoreo de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, que acusa al servicio de seguridad ruso FSB de presunto trato cruel a ciudadanos ucranianos, dijo el lunes el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.
En un comunicado, publicado en su sitio web, el ministerio dijo que estaba «perplejo» por la opinión de la Misión de Monitoreo sobre los resultados del intercambio de detenidos del 7 de septiembre.
«Rechazamos las acusaciones infundadas sobre el supuesto trato cruel de ciudadanos ucranianos por parte del Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia. Hacemos un llamado a expertos para que usen fuentes de información oficiales mientras preparan sus informes», se lee en el comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia también reiteró que el mandato de la misión de la ONU no era aplicable al territorio de otros estados y, por lo tanto, su decisión de incluir nuevamente la situación en Crimea y Sebastopol en el informe fue ilegítima.
Los diplomáticos rusos dijeron que aunque la cantidad de víctimas del conflicto en el Donbass ha disminuido, la situación en el país sigue siendo tensa.
«En los últimos cinco años, docenas de miles de familias han perdido sus hogares. Solo un número limitado de ellos recibió compensaciones o se les proporcionó vivienda temporal. Los militares ucranianos continúan ocupando descaradamente (y, en algunos casos, destruyendo) hogares de civiles o utilizan los servicios públicos a su costa», dijo el ministerio.
Los diplomáticos rusos dijeron que compartían las preocupaciones de la misión de observación sobre las violaciones sistemáticas continuas de los derechos humanos por parte de las autoridades ucranianas.
«Entre otras cosas, el informe menciona casos de ejecuciones extrajudiciales, arrestos arbitrarios, confinamiento solitario, tortura y trato cruel de civiles en territorios fuera del control del gobierno de Kiev», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. «El derecho a un juicio justo no se observa cuando se escuchan casos relacionados con el conflicto armado. Se violan las libertades de expresión y de reunión pacífica, mientras se ataca a periodistas y activistas de derechos humanos».
El ministerio también apoyó los hallazgos de la misión sobre la investigación judicial sobre las atrocidades cometidas por radicales ucranianos en Odessa el 2 de mayo del 2014, cuando casi 50 personas fueron asesinadas, muchas de ellas quemadas vivas en la Cámara de Sindicatos de Odessa.
«La presencia de radicales de derecha en el tribunal durante las sesiones socava la imparcialidad del proceso, ya que los jueces están sujetos a presión psicológica», dice el comunicado. «Tampoco nos sorprende la falta de progreso en la investigación sobre el asesinato de manifestantes y policías durante los eventos del Maidán. Todos esos hechos revelan la incapacidad de Kiev para demostrar voluntad política y llevar a cabo una investigación exhaustiva e imparcial sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas ucranianas y el Servicio de Seguridad de Ucrania».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que lamentaba la reticencia del gobierno ucraniano a proteger las lenguas minoritarias y expresó la esperanza de que Kiev revisara su política hacia las minorías nacionales que viven en el territorio de Ucrania.