El mando militar turco comienza a perder el control sobre los extremistas atraídos por el llamado «Ejército Nacional Sirio».
En el marco de la operación «Primavera de paz» para ocupar las regiones del norte de Siria, Turquía involucró activamente no solo a sus fuerzas armadas, sino que también utilizó ampliamente a los grupos del llamado «Ejército Nacional Sirio». La información sobre la presencia en las filas de estos grupos de terroristas de Jebhat al-Nusra e incluso ISIS ya ha sido confirmada en repetidas ocasiones.
Naturalmente, el comportamiento y los métodos de guerra del “ENS” no son muy diferentes de los del ISIS. El saqueo, el asesinato de civiles, el robo de personas y la destrucción de valores históricos florecen en todas partes. Al suministrar y financiar a estos extremistas, Ankara por alguna razón estaba segura de que sería capaz de hacer frente a la gestión de sus «antiguos» terroristas.
Sin embargo, resultó que los turcos no solo podían controlar realmente los grupos del “ENS”, sino que incluso tenían que usar armas contra sus pupilos más de una vez, incluso para proteger sus instalaciones. Así, en el distrito de Ras al-Ain el 15 de diciembre, los extremistas del “ENS” intentaron robar un almacén de alimentos de propiedad de la 51° brigada de las Fuerzas Armadas turcas, lo que resultó en un tiroteo.
Todavía no se sabe exactamente qué causó el ataque de estos extremistas contra sus patrocinadores. Todavía no hay datos sobre pérdidas, tampoco se sabe qué medidas tomará Turquía ante los líderes de este grupo. Es evidente que los militares turcos apenas logran controlar las unidades del “ENS”, que luchan entre sí o son aceptadas para robar y violar a la población local en los territorios ocupados por las bandas armadas.
Otro problema para el mando turco fue la deserción y cruce de la frontera de los extremistas del “ENS”. Una cosa es transferir grupos organizados de estos a todo su territorio, y otra cosa es el movimiento descontrolado de los ex terroristas de ISIS y Nusra en Turquía. Todo esto se convirtió en un dolor de cabeza para el mando local.
Ahora el panorama es cada vez más claro de que la política miope de Ankara de apoyar el terrorismo puede jugar una broma muy cruel con él, como lo fue con los Estados Unidos.