El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó hoy de clandestina la pretensión del gobierno de Estados Unidos de inspeccionar el aspecto laboral del pacto comercial entre los dos países más Canadá.
En su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional, el mandatario se refirió a una ley planteada en el congreso de Estados Unidos para designar cinco agregados laborales en su embajada en México.
Sin embargo, aquí consideraron que se trata de una maniobra encubierta para monitorear los alcances y aplicación de la reforma laboral que el legislativo aprobará en concordancia con las normas del tratado tripartido comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
López Obrador dijo que la pretensión estadounidense para la supervisión del T-MEC cada seis meses mediante la actuación de inspectores no se acordó en el tratado y sale de manera clandestina.
Dijo que México respeta el derecho de quienes tienen potestades en cuanto a sus legislaciones porque se trata de un país libre soberano para presentar sus leyes y el congreso aprobarlas o rechazarlas.
Pero como lo planteado en Estados Unidos nos atañe tenemos también derecho a mantener una postura al respecto porque tiene que ver con una afectación al tratado, cuya firma por los tres gobiernos interesados es un avance.
Anunció que ya se está tratando ese asunto con los métodos adecuados que se usaron con Estados Unidos y Canadá en todo el proceso negociador, que es el método del diálogo y la cooperación para el desarrollo.
Ratificó que el canciller Marcelo Ebrard dará más detalles de este tema y lo que está haciendo México para que no haya duda ni desinformación.
Rechazó criterios de algunos columnistas a los cuales no mencionó, de que México había sido engañado con el T-MEC, y al refutar tales afirmaciones explicó nuevamente algunos aspectos de los alcances del tratado muy diferentes al anterior acuerdo conocido como TLC, que lo hacen beneficioso para el país, Canadá y Estados Unidos.
En otra parte de su conferencia, López Obrador se refirió brevemente al proceso judicial en Estados Unidos a Genaro García Luna, exjefe de seguridad pública bajo el gobierno del expresidente Felipe Calderón, a quien se le juzga por numerosos ilícitos y corrupción.
El tema surgió porque López Obrador ordenó depurar su administración de funcionarios que estuvieron o están bajo la influencia del procesado, de pésimos antecedentes en México.
Dijo que no desea malinterpretaciones y aconsejó a todos los que están involucrados en el asunto que se tranquilicen pues el que nada debe nada teme, y que cooperen y expliquen su situación.
Se comprometió a no hacer leña del árbol caído, y esperar a que las investigaciones en el vecino país avancen y toda la información se va a entregar, pero México no iniciará las pesquisas.