Construido para garantizar el éxito de Rusia en el Ártico, el buque insignia de una nueva línea de rompehielos nucleares se lanzó al mar cerca de San Petersburgo. El buque Arktika se convertirá en el rompehielos más grande y poderoso del mundo.
Las pruebas en el mar verificarán cómo el barco real cumple con sus características de diseño, al tiempo que prueba la confiabilidad de sus equipos y sistemas.
El rompehielos masivo fue construido para la agencia atómica de Rusia, Rosatom, en el Astillero Báltico en San Petersburgo. El Arktika utilizará motores diesel durante sus primeras pruebas. Se planea que el barco entre en servicio el próximo año.
Es el primer buque en la línea de rompehielos del Proyecto 22220 de próxima generación de Rusia, con dos de estos buques, Sibir y Ural, que actualmente están terminando la construcción en San Petersburgo. En agosto, Rosatom y el muelle firmaron un nuevo contrato, en el que se construirán dos barcos más.
Los rompehielos del Proyecto 22220 tienen una capacidad de 60 megavatios. Con una longitud de más de 173 metros (568 pies) y un desplazamiento de 33,500 toneladas, no tendrán rival entre los barcos de su clase. Los rompehielos más grandes, actualmente utilizados por Rusia, tienen una capacidad de 54 megavatios y una longitud de no más de 160 metros.
El Arktika y sus contrapartes, todos capaces de romper el hielo de tres metros de espesor, se utilizarán para dar paso a los barcos que transportan combustibles fósiles desde los depósitos del Ártico a los consumidores de Asia y el Pacífico.
Moscú está mejorando su flota de rompehielos como parte de una revisión de la infraestructura de transporte a nivel nacional. Entre otras cosas, el proyecto apunta a aumentar la cantidad de carga enviada a través de la Ruta del Mar del Norte a 80 millones de toneladas para 2024 para impulsar el desarrollo del Ártico y otras regiones en Siberia y el Lejano Oriente.