El Congreso de los Estados Unidos votará sobre la presentación de un «proyecto de ley de sanciones del infierno» contra Rusia el 11 de diciembre, que fue redactado el año pasado. Entonces, los motivos de su lanzamiento varían desde el arresto de los barcos ucranianos que ya han regresado a sus puertos, hasta la reacción de las autoridades rusas a las protestas de verano, así como a la presunta intromisión en las elecciones estadounidenses. Según Nezavisimaya Gazeta, el proyecto de ley incluye sanciones contra representantes rusos, así como las restricciones contra la industria de la construcción naval, la exportación de gas natural licuado (GNL), el sector cibernético, los bancos y la deuda soberana.
El experto de la Escuela Superior de Economía, Andrey Suzdaltsev, dijo al periódico que hasta ahora las sanciones contra Rusia no han sido muy efectivas, porque Estados Unidos tiene pocos expertos experimentados sobre Rusia que puedan elaborar las medidas adecuadas.
«La saga de sanciones se ha prolongado durante mucho tiempo, pero estas restricciones esencialmente no han causado ningún daño porque no impiden la actividad económica actual. Las sanciones disminuyeron las perspectivas para la economía rusa, pero aún no han afectado las actividades actuales de la economía rusa», dijo Sergey Khestanov, profesor asociado de la Academia Rusa de Economía Nacional y Administración Pública (RANEPA).
Según el profesor, estas nuevas medidas probablemente tampoco afectarán las actividades actuales. «Hasta ahora, el petróleo y el gas rusos, las principales fuentes de ingresos por exportaciones de Rusia, son indispensables al menos para la UE», dijo el experto. Según él, sin embargo, esto no excluye posibles problemas para empresas individuales, pero estos problemas no serán demasiado grandes a escala general. Lo que es más importante, Khestanov duda de que se adopten nuevas sanciones de manera que perjudiquen gravemente a las empresas occidentales.