Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) promovieron el golpe de Estado que cerró la vida democrática y trajo muerte a Bolivia, denunció en esta capital la Coordinadora Franco-Latinoamericana.
En un acto que concluyó entrada la noche del miércoles, varios oradores y participantes acusaron al gobierno de Estados Unidos por el derrocamiento del presidente legítimo Evo Morales, con el objetivo de apoderarse de recursos como el litio, y a la OEA de servir de instrumento para tal fin.
Esa organización debía prestar asistencia técnica no vinculante en las elecciones del 20 de octubre, en las que Morales logró la reelección, pero su papel fue el de un mecanismo proimperialista de intervención e injerencia, advirtió la boliviana Zulema Loaiza.
De acuerdo con la activista, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, actuó con servilismo ante la maniobra estadounidense.
El informe preliminar de la entidad y sus supuestas irregularidades cometidas durante los comicios despejó el camino para el Golpe de Estado, que borró la voluntad de la mayoría de los bolivianos y detuvo la etapa de prosperidad y bienestar, para dar lugar a una de represión, asesinato, tortura y discriminación fascista, subrayó.
Loaiza insistió en que el pueblo no acepta la asonada ni el robo impune del triunfo de Morales, materializado con la autoproclamación de la senadora Jeanine Áñez, pero las protestas indígenas y de los sectores más humildes han sido enfrentadas con violencia y sangre.
También la chilena María Olmedo condenó el papel desempeñado por la OEA y su secretario general Almagro.
Olmedo, una de las promotoras del encuentro al que asistieron latinoamericanos residentes y franceses, denunció igualmente en diálogo con Prensa Latina la labor cómplice de los mecanismos de derechos humanos, que guardan silencio frente a los atropellos, y de los grandes medios de comunicación, los cuales silencian la asonada.
Al intervenir en el foro, el periodista francés experto en temas de América Latina Maurice Lemoine, enmarcó lo ocurrido en Bolivia en la cruzada de la derecha con el protagonismo de Estados Unidos para frenar los procesos progresistas y apoderarse de recursos estratégicos en la región, desde el litio boliviano hasta el petróleo, el oro y el coltán venezolanos.
Lemoine lamentó el regreso a Latinoamérica de los golpes de Estado y del uso del ejército para reprimir al pueblo en las calles, como ha ocurrido en Ecuador, Chile y Colombia en los últimos meses, semanas y días.
Respecto al papel de Washington, alertó que no ha cambiado con el tiempo, solo que los métodos de sus gobernantes difieren en ocasiones, lo que ilustró con la diplomacia de Barack Obama y la agresividad abierta de sus sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump.
No olvidemos que fue Obama quien en 2015 declaró a Venezuela una amenaza ‘inusual y extraordinaria’ para la seguridad de Estados Unidos, en lo que Trump se ha apoyado para intentar destruirla, afirmó.