Ankara no renunciará a sus planes de comprar y operar los sistemas S-400 de Rusia y no sacrificará su seguridad debido a posibles sanciones de Estados Unidos, dijo a Izvestia el miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la Gran Asamblea Nacional Turca, Yunus Emre.
Señaló que Turquía no podía sacrificar su propia capacidad de seguridad y defensa por temor a que Estados Unidos imponga sanciones. La guerra contra el terrorismo se está librando cerca de las fronteras de Turquía, enfatizó, y agregó que Ankara no puede poner en peligro su seguridad al ceder ante las amenazas de Washington.
A su vez, el miembro del parlamento turco Ozturk Yilmaz está seguro de que cualquier sanción profundizaría la creciente brecha entre Estados Unidos y Turquía, los cuales tienen los ejércitos más grandes de la OTAN.
Explicó que los sistemas S-400 de Rusia se utilizarían a la par con las armas de la OTAN, que se habían desplegado en Turquía. Sin embargo, no serán dirigidos contra la alianza.
Mientras tanto, el Jefe de Investigación Política del Centro de Estudios Turcos Modernos, Yuri Mavashev, explicó a Izvestia que los pasos adicionales de Washington con respecto a Ankara dependerían, en particular, de las decisiones tomadas en la cumbre del aniversario de la OTAN. El presidente Erdogan dejó en claro que estaría de acuerdo en respaldar el plan de la alianza para proteger a los estados bálticos de la supuesta «amenaza rusa», si los aliados de Ankara designaban a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) como terroristas.
«Las medidas restrictivas [de los Estados Unidos] anunciadas anteriormente fueron dirigidas, pero esta vez los senadores están pidiendo que se aplique el mecanismo CAATSA (Ley contra los adversarios de los Estados Unidos mediante sanciones). Establece restricciones sustanciales que afectarían al sector financiero. Cualquiera sea la decisión, la oposición en el Senado tratará de detener cualquier desarrollo en las relaciones turco-estadounidenses en varios niveles», pronosticó el experto.