Las fuerzas militares turcas se han cobrado la vida de al menos 11 civiles, incluidos ocho niños, en un ataque de artillería que golpeó cerca de una escuela en la provincia de Alepo, en el noroeste de Siria.
El llamado Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) informó el lunes que el bombardeo tuvo lugar en la ciudad kurda de Tal Rifaat cuando los estudiantes abandonaban el edificio y dejaron a otros 21 heridos.
Rami Abdel Rahman, jefe del Observatorio, dijo que la mayoría de los muertos en el ataque habían sido desplazados de la región de Afrin, en el noroeste de Siria, que fue capturada el año pasado por las tropas turcas.
La ciudad estratégica de Tal Rifaat se encuentra a 20 kilómetros al sur de la frontera con Turquía y ha sido escenario de enfrentamientos regulares entre las fuerzas respaldadas por Turquía y los militantes kurdos de las llamadas Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Ankara amenazó el año pasado con lanzar una ofensiva transfronteriza para capturar a Tal Rifaat luego de tomar Afrin de los militantes de YPG respaldados por Estados Unidos.
Rusia acordó en octubre trabajar con Turquía para eliminar los «elementos y sus armas» de YPG de Tal Rifaat, pero el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo a principios de noviembre que los «grupos terroristas» kurdos aún no se habían ido.
Turquía considera al YPG como una organización terrorista vinculada al grupo militante del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha estado buscando una región kurda autónoma en el país de Anatolia desde 1984.
Las fuerzas del ejército turco lanzaron una ofensiva transfronteriza el 9 de octubre en el noreste de Siria en un intento declarado de expulsar a los militantes de YPG de una «zona segura» de 32 kilómetros en las zonas fronterizas.
Trece días después de la operación, Turquía y Rusia llegaron a un acuerdo según el cual los militantes de YPG se retirarían 30 kilómetros al sur de la frontera de Turquía con Siria, y las fuerzas de seguridad de Turquía y Rusia llevarían a cabo patrullas conjuntas en el área para evitar que los militantes volvieran a surgir allí. .
La administración liderada por los kurdos en el noreste de Siria dice que la ofensiva turca ha matado a 218 civiles, incluidos 18 niños, desde su inicio. La lucha también ha herido a más de 650 personas.
El gobierno sirio ha condenado enérgicamente la ofensiva turca como un acto de agresión.