Volar alto : El reto y sueño hecho posible de la mujer en Venezuela


El liderazgo y la presencia en profesiones tradicionalmente dominadas por hombres constituye hoy un reto para las mujeres en Venezuela, donde la política gubernamental respalda el empoderamiento de ese sector poblacional.

La joven piloto venezolana de 27 años Andrea Palacios, alcanzó en fecha reciente su sueño de convertirse en capitana de tripulación, tras obtener la certificación en Finlandia en los simuladores del avión Embraer 190, equipado con tecnología de última generación.

El logro de Palacios, reconocida desde octubre pasado como la aviadora más joven de América Latina en recibir tal rango, revierte los estereotipos sexistas tradicionales en el ámbito de la aeronáutica y representa un ejemplo para las mujeres en el mundo.

Entrevistada por Prensa Latina, la piloto del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos S.A. (Conviasa), confesó que esperaba con ansias el ascenso, para el cual se sentía capacitada y conocía el impacto de lograrlo a su corta edad.

‘Me sentí segura y feliz, poseía los conocimientos gracias al desempeño de mis instructores, pero era mayor la presión porque sabía que volaría más alto, marcaría una pauta y elevaría el gentilicio real del venezolano y más de la mujer de este país, inteligente, bella, luchadora’, significó Palacios.

Existe un desconocimiento hacia el desempeño de las mujeres en el medio aeronáutico porque ‘se asume como una carrera de hombres’ opina la joven piloto con más de tres mil horas de vuelo, quien ha participado en diversos foros y conferencias en Venezuela sobre igualdad de género y la deconstrucción de estereotipos sexistas.

Entre otras mujeres exitosas en el mundo laboral, Andrea expuso su experiencia recientemente en el foro de la Alianza Venezolana Empresarial por el Liderazgo de las Mujeres (AVEM) sobre la participación de las féminas en sectores de baja representación.

‘Aplaudo de pie esta iniciativa porque no existe ninguna carrera u oficio que se defina por género; las mayores barreras discriminatorias habitan en nosotras mismas al dejar sueños tapados sin llegar a concretarlos por temores o falta de confianza’, aseguró Palacios.

Aun cuando prevalecen en el país sudamericano elementos de carácter legislativo y jurídico favorables para el proceso de empoderamiento de las mujeres, existe un desbalance entre las predominantes cifras de formación de jóvenes universitarias y la representación de ellas en espacios de dirección de empresas y de decisión política.

El principal desafío parte de lo cultural, explicó Palacios al tiempo que subrayó la capacidad de la mujer venezolana para emprender proyectos y plantearse metas alejadas de principios conservadores, estereotipos tradicionales, machistas y patriarcales.

DESPEGUE EXITOSO DE UNA JOVEN PILOTO

Andrea Palacios siempre sintió la pasión por volar y en ello influyó tener en sus raíces a aeromozas, despachadores de vuelo, ingenieros aeronáuticos y un piloto.

‘En principio fue un sueño prácticamente adherido a mi ADN al formar parte de una familia desenvuelta en los perfiles de la aeronáutica, mi padre piloto comercial y mi madre oficial de la aviación venezolana, me inspiraron desde pequeña y me apoyaron en mis metas’, relató Palacios.

Desde la vez primera cuando acompañó a su papá a un día de trabajo constató en ‘un momento mágico’ que esa sería su vida y podría lograr el sueño de pilotear una nave.

A la altura de sus 17 años obtuvo una beca para estudiar en el Centro de Instrucción de la Aviación Civil (CIAC) en el estado de Maracay, donde recibió un entrenamiento riguroso que ahora agradece, porque en aquellos años ‘descubrí mis cualidades, fortalezas y mi templanza a la hora de dar una instrucción como piloto’, subrayó.

Durante su formación en el CIAC, aseguró la joven aviadora, nunca sintió discriminación de sus compañeros por ser mujer, la exigencia de los profesores era la misma, aunque solo había tres muchachas en el grupo integrado además por 17 varones.

Tras obtener su título de graduada con 21 años, Palacios ingresó a Conviasa en septiembre de 2012 como oportunidad para trabajar en una empresa del estado para retribuir los recursos empleados en su formación.

‘En ese año el entonces presidente de la aerolínea y el director de la escuela apostaron por mi generación como jóvenes menores de 25 años con mejores capacidades de adaptación a la tecnología para manejar la serie de aviones Embraer 190, fabricados en Brasil desde 2002 con capacidad de 100 pasajeros’, acotó Palacios.

La joven piloto acudió al simulador de vuelo de ese moderno modelo de aeronaves como primer oficial en 2013 con apenas 22 años, la única mujer de su aerolínea.

ÉXITO EN PLENO VUELO

La capitana de avión más joven de Latinoamérica, Andrea Palacios asumió con responsabilidad y compromiso su reciente logro en la aerolínea Conviasa, después de varios años de experiencia y más de tres mil horas de vuelo.

Con orgullo y felicidad aprecia el aumento -aún escaso pero progresivo- de mujeres pilotos de aviones en Venezuela, porque confiesa, en sus inicios enfrentó ‘estereotipos sexistas y la incredulidad de pasajeros’ por su corta edad y género, el mayor obstáculo en su profesión, reveló.

La experiencia exitosa de la joven aviadora de 27 años, deviene inspiración para las mujeres de su país y del mundo mientras aprovecha espacios y escenarios del movimiento de mujeres para desterrar paradigmas machistas y alentar a las féminas a luchar por sus sueños.

Palacios cree en la juventud, en la pasión y en la preparación como banderas para el progreso feminista en tiempos donde la mujer ocupa espacios otrora vedados para ellas.

‘Agradezco la oportunidad de contar mi historia para demostrarle al mundo de dónde vengo, como pude superar con disciplina y estudio todos los obstáculos para enaltecer a la mujer de mi país y colocar el nombre de Venezuela en alto’, subrayó la piloto.

La cabina de un avión es la mejor oficina del mundo, aseguró la joven venezolana quien considera indescriptible ‘el placer de volar y la adrenalina y la felicidad que se siente cuando despegas y aterrizas una nave’.

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