La unidad de operaciones especiales ha abordado a un hombre empuñando un hacha con una bomba falsa que desencadenó el pánico y una situación de rehenes en una sala de máquinas tragamonedas en Baja Sajonia. Hasta ahora, las autoridades no ven signos de «motivación política o religiosa».
Cuatro personas, incluido un gerente, estaban adentro cuando un hombre armado con un hacha y acompañado por un perro ingresó al pequeño lugar de juego en la ciudad de Buchholz alrededor de las 11:00 am hora local y comenzó a destruir máquinas tragamonedas y amenazar a los clientes. Uno de los invitados no pudo huir y tuvo que encerrarse en un baño, lo que obligó a las autoridades a acordonar el área y desplegar una unidad de operaciones especiales SEK para resolver la situación de rehenes potencialmente peligrosa.
Varias horas después del enfrentamiento, los oficiales armados lograron dominar y atacar al atacante, pero tuvieron que dispararle a su perro que los atacó en medio de la redada. Nadie más se lastimó en el accidente.
Durante una búsqueda, la policía descubrió varios «contenedores con cables sobresalientes» en el cuerpo del hombre, pero el equipo de eliminación de bombas dijo que el dispositivo era un engaño.
El sospechoso de 29 años fue llevado a una sala mental para evaluación psiquiátrica. Si bien su identidad y sus motivos siguen sin estar claros, las autoridades fueron rápidas para descartar «motivación política o religiosa», al menos en esta etapa temprana de la investigación.
El incidente se produjo a raíz de una serie de ataques punzantes en toda Europa el viernes. En la ciudad holandesa de La Haya, un hombre de 35 años apuñaló a tres menores en una concurrida calle comercial. La policía aún no ha descartado el terrorismo, pero los informes de los medios sugieren que «no hay indicios» de un vínculo extremista.
En Londres, Usman Khan, de 28 años, que llevaba un falso chaleco suicida durante el alboroto, apuñaló a cinco personas cerca del Puente de Londres, matando a dos, antes de que los testigos lo inmovilizaran y los policías lo mataran a tiros. Ese ataque, perpetrado por un extremista previamente condenado en libertad condicional, fue declarado un acto de terrorismo.