Después de más de una semana de protestas antigubernamentales, diversos sectores en Colombia se suman hoy al cacerolazo latinoamericano, iniciativa convocada en varios países de la región.
Porque queremos verdaderas políticas para el progreso y la vida digna del pueblo latinoamericano, refiere la convocatoria a dicha iniciativa.
Desde el paro nacional masivo del 21 de noviembre último, el cacerolazo devino símbolo de la protesta pacífica en Colombia.
Sobre todo, en Bogotá, los ciudadanos desde sus casas o en concentraciones se reúnen para expresar su descontento con políticas del gobierno, en rechazo a la violencia y por la vida.
Uno de los cacerolazos más intensos de los últimos días tuvo lugar frente a una residencia que posee el presidente colombiano, Iván Duque, en el norte de esta ciudad.
Todo ello, como continuidad del paro del 21 de noviembre último que llevó a las calles a cientos de miles de colombianos para manifestar su inconformidad con la gestión gubernamental y exigir políticas efectivas en áreas como educación, salud, agricultura y seguridad.
Si bien en su mayoría las protestas transcurren de manera pacífica, en varios lugares se han registrado disturbios, hechos de vandalismo y represión policial.
Los organizadores del paro resaltaron el espíritu pacífico de esas movilizaciones al tiempo que rechazaron las acciones violentas que siguieron a las marchas.
Varias voces coinciden en que detrás de los hechos vandálicos se oculta el interés en deslegitimar esas protestas pacíficas a las que se sumaron miles de personas a fin de lograr que el gobierno implemente acciones concretas encaminadas a solucionar los problemas que golpean a los colombianos.
En dicho contexto, el Comité Nacional del Paro, los congresistas de la Bancada por la Paz y el movimiento Defendamos la Paz abogaron el jueves último por iniciar un diálogo incluyente, democrático y eficaz con el Gobierno.
Nos dirigimos a usted para expresarle nuestra posición sobre las condiciones que permitirían iniciar cuanto antes ese diálogo, expresaron en una carta dirigida a Duque y divulgada ante medios de prensa.
‘Incluyente significa que debe garantizar la participación de la ciudadanía y de todas las organizaciones de la sociedad civil; democrático significa que requiere garantizar la concertación de acuerdos sobre los problemas fundamentales del país, y eficaz significa que sus acuerdos deben plasmarse en medidas verificables que resuelvan tales problemas’, remarcaron.
En su opinión, lo que Duque denominó conversación nacional, iniciada el 24 de noviembre último con diferentes sectores, no cumple con los requisitos mencionados en cuanto a forma y contenido.
Por ello, propusieron la conformación de una Mesa Nacional de Diálogo, plural y diversa, con representantes de los diferentes sectores sociales articulados en el Comité, el movimiento Defendamos la Paz, la Bancada por la Paz, las asambleas y cabildos ciudadanos, las expresiones culturales y los otros sectores de la ciudadanía que se han movilizado.
Asimismo, pidieron que se garantice la participación amplia y efectiva de los jóvenes y de los movimientos indígena, afrocolombiano y de mujeres. Cada sector intervendrá en la Mesa de Diálogo en el tema específico de la agenda que corresponda a sus reivindicaciones, apuntaron.