El estado de Sebastian Piñera enceguece a los jóvenes con balines, mientras la televisión chilena busca adormecer al pueblo, hablando del cambio para NO cambiar nada.
Mientras las nuevas generaciones pierden sus ojos por recuperar la dignidad de un pueblo pisoteado por más de 40 años, Piñera, su gobierno y empresarios, buscan por ley, decretar la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles.
Chile despertó y el estado enceguece la visión del joven de 21 años Gustavo Gatica, como un castigo dirigido a toda la sociedad chilena, esto no es un caso aislado, esto es consecuencia de una política de represión sistemática y planificada desde el gobierno.
La rebelión del pueblo chileno podría pasar a una etapa superior de lucha y el estado, la oligarquía y la plutocracia chilena lo saben, y es en este sentido, que ha puesto a operar una maquina mediática y política, cuyo objetivo a corto plazo, es justificar cualquier intervención militar y de inteligencia, que permita desbaratar y eliminar de la sociedad, el legítimo derecho que tiene ésta, de rechazar y combatir el modelo económico neoliberal capitalista, que tiene a la mayoría de los chilenos en la debacle económica.
Los informes de DDHH, tibio a mi entender el de Human Right Watch, ya que señala: de que no hay una política sistemática de la represión y desconoce la responsabilidad política en éstas de Sebatatian Piñera y por el otro, el informe de Amnistía Internacional, que sí nos habla de responsabilidades políticas y de violaciones sistemáticas de ddhh. Esto pone en claro como el sistema en su conjunto, busca banalizar este tipo de hechos. Amnistía internacional, señala que estamos ante una represión feroz hacia el pueblo. Sin embargo, los medios de comunicación chilenos, buscando la política del empate, igualan el accionar violento del terrorismo de estado, con el accionar de jóvenes que hacen frente a la represión con piedras y palos. Es inaceptable ver y escuchar en los medios de comunicación, como se desmarcan de manera intencional del tema central que motivo el estallido social, develando el terror que tiene la oligarquía, de perder su modelo de vida, sus ganancias exorbitantes y sus privilegios.
El estado y todo su aparataje mediato, quieren que se vuelva a una falsa paz social, pasando por encima de todos los asesinados, torturados, violadas, y jóvenes con pérdida total de visión, que no son pocos. No podemos comparar la perdida material, con la perdida de ojos y vidas humanas.
El pueblo chileno, hoy, no acepta nada que salga desde la institucionalidad vigente, desde los políticos-empresarios que dirigen el país, pues estos hablan de paz y orden, para obtener sus cambios, que NO cambiaran nada, y la gente entiende esto, sabe que esta manipulación mediática, busca llevarlos nuevamente al adormecimiento por 40 años más de abusos y de esclavitud, bajo el mismo modelo económico neoliberal, con asamblea constituyente o sin asamblea constituyente, pues el problema ya no es solo el marco jurídico en el que se desenvuelve la sociedad chilena, sino que es el perverso modelo económico neoliberal capitalista, del cual Chile fue su laboratorio, y su gente los conejillos de india.
El estado está generando las condiciones para que surja en el consciente o inconsciente colectivo, la idea de la necesidad de una intervención de un estado Militar-Policial, que a la usanza europea, permita que las FFAA y de “orden” utilicen con mayor fuerza las armas contra el pueblo, para establecer la famosa Paz armada de Piñera y así restablecer su orden-oligárquico, el cual les permita mantener su modelo económico, violento y discriminador de la clase de los humildes, olvidados y excluidos de las ganancias del sistema económico chileno.