19 personas murieron y otras 45 resultaron heridas el pasado 26 de noviembre, cuando un automóvil con una trampa explosiva explotó en el poblado ocupado por Turquía de Tell Halaf, en el noreste de Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR).
La explosión tuvo lugar por la mañana en el mercado principal del poblado, que en ese momento estaba abarrotado de civiles y los extremistas respaldados por Turquía.
El grupo de monitoreo con sede en el Reino Unido dijo en un informe que 12 de las muertes fueron de los extremistas del “Ejército Nacional Sirio” respaldado por Turquía. El resto eran civiles, incluida una mujer y un niño.
«El número de personas asesinadas y martirizadas puede aumentar debido a la presencia de 45 heridos, algunos de ellos en estado crítico», se lee en el informe de SHOR, que se publicó el 27 de noviembre.
A pesar de la falta de evidencia sólida, el Ministerio de Defensa Nacional de Turquía responsabilizó a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) y al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) por el atentado. Ninguno de los grupos ha comentado sobre estas acusaciones, hasta ahora.
Durante las últimas semanas, las partes ocupadas por Turquía del noreste de Siria fueron testigos de una serie de hechos similares. Decenas de extremistas y civiles murieron como resultado.