En Estados Unidos, en la ciudad de Port Neches (Texas) el miércoles 27 de noviembre por la madrugada, se produjo una explosión en una planta petroquímica de butadieno, que se utiliza para crear gomas y plástico ABS.
El Departamento de Bomberos Voluntarios anunció a los residentes dentro de un radio de un kilómetro de la fábrica de TPC que la evacuación era necesaria. A la gente se le prometió refugio.
Según testigos presenciales, la fuerza de la explosión fue tal que pensaron en una bomba detonada y las ventanas explotaron cerca de los edificios del distrito. La explosión se sintió en casas ubicadas a decenas de kilómetros de su epicentro, incluso en el vecino estado de Louisiana.
Las llamas de decenas de metros de altura se elevaron sobre la planta. Los lugareños temen que el humo cáustico pueda ser tóxico.
Los medios informaron que el calor de la llama era tan intenso que un satélite meteorológico de una estación de televisión local registró su explosión.
El New York Times escribe que dos personas resultaron heridas en la explosión, sin especificar en qué condición se encuentran. También faltan detalles sobre las causas de lo que sucedió en este momento.
