La ofensiva neoliberal y la represión militar en América Latina constituyen hoy factores desestabilizadores en las naciones de Ecuador, Chile, Bolivia y Colombia, alertan investigadores y líderes de fuerzas de izquierda.
Según la coordinadora del capítulo de Ecuador de la Red de Intelectuales y Artistas, Irene León, el neoliberalismo y los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) imponen grandes sacrificios a los pueblos, al provocar mecanismos excluyentes, arbitrarios y que generan la violencia.
Doce días de protestas contra el paquetazo de medidas que pretendía imponer el gobierno del presidente Lenín Moreno, evidenciaron la represión de las fuerzas armadas en Ecuador, las cuales causaron ocho fallecidos y mil 340 lesionados.
En el caso particular de la situación en Ecuador, León señaló que desde hace dos años el país vive un golpe blando, luego de una década de acercamiento a un proyecto progresista regional. A su criterio, la propuesta de diálogo entre Moreno y el movimiento popular indígena fue una estrategia mediática, pues ‘el FMI no negocia con los pueblos’.
Similar situación aconteció en Chile con la subida del boleto del metro en Santiago y las protestas en repudio a las políticas de reajustes del jefe de Estado, Sebastián Pieñera, que terminaron en un enfrentamiento entre civiles y militares.
Datos del Ministerio de Salud señalan que desde la primera gran marcha el pasado 18 de octubre, la represión de carabineros (y militares) dejó más de 23 fallecidos y 11 mil 564 personas heridas.
De acuerdo con la diputada por el Partido Comunista Camila Vallejo, el mandatario Piñera debe responder por la violación de los derechos humanos y garantizar la justicia a todas las víctimas.
La Central Unitaria de Trabajadores ratificó la continuidad de la movilización hasta el restablecimiento de la dignidad y de una agenda social que responda al pueblo chileno.
El golpe de Estado contra el líder Evo Morales en Bolivia y las manifestaciones en rechazo a la manipulación de la derecha dejaron alrededor de 30 fallecidos, tras los enfrentamientos con las Fuerzas Armadas y policiales.
Morales, entrevistado por Prensa Latina, consideró que los hechos en su país, víctima de la asonada golpista, pero de nuevo tipo, debe ser motivo de reflexión para las fuerzas progresistas del mundo.
Al menos tres personas murieron y cientos resultaron heridas en los disturbios en Colombia, tras el paro nacional contra el gobierno del presidente Iván Duque.
Según el sociólogo colombiano Javier Calderón, durante los 15 meses de gestión, Duque acumula un rechazo del 69 por ciento y la profundización del neoliberalismo amenaza con un mega ajuste laboral que llevará a los más de 22 millones de trabajadores a la servidumbre y la privatización total.
‘El cacerolazo del 21 de noviembre último mostró las demandas expresadas en las urnas el 27 de octubre: reclamo de paz, derechos laborales y sociales y fin de la corrupción’, destacó.
De acuerdo con el analista político Alfredo Serrano, el neoliberalismo regional está en relativa dificultad para garantizar su estabilidad, con un progresismo in crescendo en sus múltiples variables.
‘La región sigue en disputa, siempre lo estuvo y lo estará. Y en este péndulo, al día de hoy Latinoamérica es más progresista que ayer’, destacó.