Desde mediados de 2018, Turquía se ha enfrentado a problemas financieros crecientes, con la lira devaluada después de varias rondas de alzas de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y en medio de las tensiones geoestratégicas con sus aliados de la OTAN.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió a los turcos que conviertan su moneda extranjera en liras turcas, pidiéndoles que «dejen el dólar».
«Dejen el dólar y el resto. Volvamos a nuestro dinero, la lira turca. La lira turca ya no pierde valor. Demostremos nuestro patriotismo así», dijo Erdogan.
Recep Tayyip Erdogan también agregó que Turquía planea tener su propio avión de combate de fabricación local listo en 5-6 años en medio de una disputa en curso con los Estados Unidos sobre la compra de aviones F-35.
En 2019, la lira cayó un 10 por ciento, ya que el gobierno turco retrasó las reformas económicas clave en medio de las crecientes tensiones políticas en el país.
En 2018, Recep Tayyip Erdogan anunció que su país boicotearía los productos electrónicos de Estados Unidos, citando «un ataque económico» contra Turquía. Continuó diciendo que los turcos deberían optar por aparatos producidos localmente o fabricados por los socios económicos de Turquía, posiblemente «nuevos», en un intento por fortalecer la lira.
La moneda nacional turca colapsó en medio de tensiones geopolíticas y el deterioro de las relaciones con los Estados Unidos.
A mediados de septiembre del año pasado, el banco central aumentó su tasa clave en 625 puntos básicos a 24 por ciento anual, lo que ayudó a fortalecer la lira turca.