En el norte de Siria, en la provincia de Alepo, ocurrió un ataque terrorista la semana pasada. En uno de los estacionamientos de la ciudad de Al-Bab, explotó un automóvil lleno de explosivos. Como resultado, según datos preliminares, 18 murieron y al menos 30 civiles resultaron heridos.
Cabe señalar que la ciudad de Al-Bab, como toda la parte norte de la provincia de Alepo, está ahora bajo la ocupación de los extremistas pro-turcos del llamado “Ejército Nacional Sirio”. Naturalmente, el gobierno turco y los extremistas locales inmediatamente comenzaron a acusar a los kurdos de que fueron ellos los responsables de llevar a cabo el ataque.
En Al-Bab, incluso se realizó una concentración importante después del ataque. La prensa turca destacó esto como una demanda de los residentes locales para investigar y castigar de inmediato a los autores y clientes del ataque.
Sin embargo, en realidad, la gente salió a la calle contra el “Gobierno Provisional”, encabezado por los protegidos de Turquía, porque la gente del pueblo en el ataque vio exactamente la huella turca.
Los manifestantes arrojaron piedras y botellas a la policía y a los extremistas pro-turcos del “Ejército Nacional Sirio” que intentaban dispersar la concentración con gases lacrimógenos.
Todos estos supuestos fueron confirmados después del arresto de uno de los autores del ataque.
El ejecutor era un cierto Ali Yusuf, de 30 años. En el pasado, era miembro del ISIS y luchó en la provincia de Alepo, pero después de la derrota del grupo terrorista en Al-Bab en febrero del 2017, se unió al grupo pro turco «División de Hamza».
A pesar de esto, el Ministerio de Defensa turco continúa culpando a las fuerzas kurdas por el ataque.
Entonces resulta que Turquía está reclutando extremistas antiguos y actuales del ISIS en sus agrupaciones, que luego explotan ciudades con civiles.
