El derrocamiento del presidente boliviano Evo Morales solo fue posible con el apoyo de los militares del país, y es poco probable que la oposición de Venezuela efectúe su propio complot de golpe mientras el ejército respalde al legitimo gobierno de Venezuela, dijo un analista.
Después de otro intento mediocre de lanzar manifestaciones masivas para destituir al presidente de Venezuela Nicolás Maduro el sábado, el mascarón opositor Juan Guaidó se preguntará cómo sus homólogos en Bolivia obtuvieron su golpe con tanta velocidad. Pero Lucas Koerner, analista político independiente y editor de Venezuelanalysis.com, dice que todo se trata de las armas.
«El factor clave son las fuerzas armadas», dijo Koerner a Rick Sánchez. «En Venezuela, los militares se han mantenido del lado del presidente constitucionalmente elegido, donde en Bolivia optaron por derrocar al igualmente electo presidente democráticamente Evo Morales, que acababa de ganar una elección con el 47 por ciento de los votos».
El 30 de abril, recordamos que [Guaido] intentó un golpe militar para expulsar a Maduro, pero solo participó una sección muy pequeña de las fuerzas armadas, tal vez unas pocas docenas de soldados.
El hecho de que Guaido no haya obtenido el apoyo de los servicios de seguridad no es exactamente sorprendente. Una encuesta realizada el año pasado por la firma de encuestas Delphos, con sede en Caracas, descubrió que un sorprendente 97 por ciento de los venezolanos nunca había oído hablar del líder opositor respaldado por Estados Unidos, y mucho menos lo apoyó para dirigir una junta militar para destituir al presidente electo. Incluso dentro de la oposición venezolana, la facción de Guaidó también ha hecho enemigos de otras maneras.
«Esto se remonta al año pasado, cuando la oposición tenía un candidato presidencial, Henri Falcon, quien era la figura más alta de la oposición en ese momento, y si la oposición se unía detrás de él, podrían haber derrotado a Maduro», dijo Koerner.
Pero en cambio, la facción de Guaido, este tipo de facción extremista de línea dura [cuya] circunscripción principal se encuentra en Miami y Washington, optaron por boicotear, porque no querían jugar a la política.
Al optar por permitir que Maduro se ejecute sin oposición, Koerner sugirió que la oposición rechazó su única oportunidad de destituir al líder socialista del cargo por medios democráticos.