En una entrevista que publica hoy La Jornada digital, el exdirigente político señala que no cabe la menor duda de que definitivamente Estados Unidos está detrás del golpe. No hay otra manera de explicar todo lo que ha sucedido más que en términos de influencias externas, de presiones externas.
El dinero para sobornar a los mandos policiales y militares y financiar un conjunto de protestas al estilo de las clases medias tradicionales que se hacían en Chile contra Allende en los años 70, no salió de los empresarios locales, ha venido del exterior, aseguró.
García Linera consideró que el golpe cívico,policial, militar no está consolidado. En lo formal, hay un gobierno dividido. El Ejecutivo con los golpistas. El Legislativo, tanto Cámara de Diputados como de senadores, con nosotros; tenemos dos tercios en ambas cámaras.
Ninguna ley de convocatoria de elecciones, de nombramiento al nuevo tribunal puede hacerse sin la Asamblea, a no ser que rompan cualquier bipartidismo democrático y se gobierne por decreto, deshaciéndose de la Asamblea.
Por lo tanto, insistió, todo puede suceder: o debilitamiento por temor, o quiebre de tolerancias morales de los afectados que desate una ola generalizada de demanda de desagravio, de reconocimiento, de justicia. Las dos salidas son probables.
Dijo que en medio de la situación está una negociación que se quiere iniciar con Naciones Unidas, embajadores, gobierno y nosotros, en la búsqueda de pacificación. Todos los sectores tienen un tipo de fuerza, de temores, de cohesiones, de divisiones. La correlación de fuerzas se mueve con fluidez.
No me atrevo a decir qué sucederá, expresó. Pero, quiero, otra vez, mostrar mi admiración por la valentía de esas mujeres, jóvenes, de esos hombres que marchan con pecho descubierto, con petardo, con un palo, para enfrentar fusiles de asalto, Kaláshnikov, tanques que están al frente, helicópteros y francotiradores.
Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y el mando policial y militar actual están bañados de sangre. Esa sangre nunca podrá ser borrada. Están dispuestos a matar para mantener el capricho de su voluntad. La historia recordará a Mesa no como un mediocre o un tibio liberal, sino un consumado golpista, denunció.
Está claro que, muy por encima del mando nacional, hay una fuerza que está conduciendo todo. No habría otra manera de explicar los riesgos que están corriendo los actuales mandos policiales, militares y políticos con su aventura golpista.
Hubo matanza. Ningún mando policial ni militar actúa así, dispuesto a correr el riesgo de ser enjuiciado por genocidio en los siguientes años, si no tuviera respaldo de una fuerza superior. Citó a la acción de la OEA de sumarse al golpe e intentar legitimarlo.
La OEA no actúa sola, como una voluntad de países soberanos. Actúa como mandato de un país extranjero. Estados Unidos es el que paga los viajes.