En medio de persistentes protestas populares contra la autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, persiste hoy la incertidumbre sobre la convocatoria a nuevas elecciones, tras una jornada de negociaciones sobre el tema.
Los bloqueos de carreteras se mantienen en al menos cuatro departamentos (provincias) del país, pese a la violenta represión que cobraron nueve víctimas en los últimos días.
Los cierres viales se registraron en La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Chuquisaca, mientras en la de Potosí se registran movilizaciones de protesta, cuando hoy se cumple el plazo de 48 horas dado a Añez para que renuncie.
El ultimátum fue dado inicialmente por la Federación de Cultivadores de Hoja de Coca de la zona tropical de de Cochabamba, que ayer fueron reprimidos al marchar a la ciudad capital departamental del mismo nombre.
Un plazo similar fue planteado por organizaciones de pobladores de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, que mantienen bajo asedio la planta de distribución de combustible de Senkata, impidiendo el suministro de gasolina, diesel y gas a la ciudad, que además sufre de escasez de alimentos y otros productos por los bloqueos de rutas.
Similar emplazamiento expresaron las 20 provincias del departamento de La Paz, que movilizaron delegaciones y ayer rodearon en una vigilia pacífica la Plaza Murillo, donde se encuentran los palacios de Gobierno y Legislativo.
Fue ante esa plaza, en el local del Congreso de la República, que se reunieron, sin lograr acuerdos, representantes del Estado, encabezados por el ministro del Interior, Arturo Murillo, y de las bancadas congresales del Movimiento al Socialismo (MAS), con una mayoría de más de dos tercios de los escaños, y la minoría formada por pequeños grupos opositores.
Murillo pareció poco animado a crear condiciones para entendimientos, pues a lo largo de la jornada insinuó que al menos parte de los nueve cocaleros muertos en Sacaba, Cochabamba en días previos, habrían sido víctimas de los propios compañeros, y se negó a dar una cifra de civiles muertos, que llegarían a 16.
Además, amenazó con continuar la cacería de miembros del MAS y manifestantes e insistió en el lenguaje beligerante que lo caracteriza y que no parece propio de quien va a negociar.
La cita, a puerta cerrada, no llegó a acuerdos y la minoría contraria al MAS consideraba anoche la posibilidad de que Áñez, por decreto, convoque a los comicios y designe nuevas cortes electorales, prescindiendo del parlamento, como planteó en sendos proyectos el exgobernante neoliberal Jorge Quiroga. También hubo reuniones en busca de una solución promovidas por el representante de las Naciones Unidas para la crisis Jean Arnault, y la Unión Europea.
A esas conversaciones asistieron funcionarios del régimen de Áñez, encabezados por el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, y la representación del MAS, con la senadora Eva Copa al frente; cita que terminó sin lograr acuerdos.