El rechazo al acuerdo alcanzado por varios partidos para una nueva constitución, aumenta hoy en Chile donde las organizaciones y los políticos critican las trampas que contiene y su redacción a espaldas del movimiento social.
Demostración de ello fue la concentración, la víspera, de cientos de millas de personas en la Plaza de la Dignidad (Baquedano).
En el orden político el acuerdo ha creado un cisma en el partido de oposición Convergencia Social (CS) uno de sus integrantes, Boric, firmó el documento, lo que provocó la renuncia de 72 militantes, encabezados por el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp.
Una carta firmada por ese grupo señala que dicho acuerdo es contrario en esencia a las demandas que las manifestaciones han enunciado en las calles.
Añade que su construcción se realizó por un conjunto de directivas partidarias y parlamentarios que no representan la voluntad mayoritaria, y puntualiza las decisiones tomadas por las instancias superiores de Convergencia Social, indica que este no es el espacio para impulsar de forma adecuada la política de transformaciones democráticas
Por su parte, el presidente del Partido Progresista (PRO), Camilo Lagos, señaló que esa instancia no comparte los mecanismos y la forma en que se consensuó el acuerdo con la derecha, pero que trabajar por lograr una Convención Constituyente en la cual tenga una representación absoluta la soberanía popular.
Organizaciones como el Colegio de Profesores, La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Federación de Portuarios de Chile, expresaron en comunicados su rechazo al acuerdo.
Para el magisterio, este se realizó a espaldas de la gente, en el cual los actores políticos más deslegitimados de toda la sociedad se atribuyen una representación que no tienen, para determinar una salida a espaldas del pueblo movilizado.
Crítico también que contiene graves falencias, como el poder de veto de la minoría que obtuvo un tercio de los delegados constituyentes y el sistema de elección de los miembros de la Convención Constituyente, que prioriza la representación partidista pero no facilita la genuina representación ciudadana.
La CUT, por su parte, señaló a todos sus miembros a estar alerta y señaló que la ausencia de diálogo con el movimiento social le resta legitimidad al acuerdo.
En tanto, los portuarios denuncian que en el acuerdo no hay referencia alguna a la Agenda Social, pues los partidos y parlamentarios no tienen en cuenta el movimiento social y denuncian la invisibilización de los atropellos a los derechos humanos.
Al respecto puntualizan que no es posible avanzar en acuerdos si no se materializa la justicia, verdad y castigo respecto de los miembros de las fuerzas de orden y militares involucrados en actos de violencia contra la población.
Igualmente, la federación respondió a mantener la movilización permanente, sin descartar la convocatoria a una nueva huelga general si no hay respuestas a las solicitudes económicas y políticas planteadas desde las fuerzas sociales.