La segunda vicepresidenta del Senado de Bolivia, Jeanine Añez, anunció el martes que se desempeñará como presidenta interina a la luz de la reciente renuncia del derrocado presidente Evo Morales.
«De acuerdo con el texto y el significado de la Constitución, como presidenta del Senado, asumo de inmediato la Presidencia del Estado prevista por el orden constitucional y prometo tomar todas las medidas necesarias para traer la paz al país», dijo. 12 de noviembre.
El Tribunal Constitucional, el tribunal nacional de Bolivia con sede en Sucre, confirmó la legitimidad de que Añez se convierta en presidente el martes por la noche.
La asunción de Añez de la presidencia se produce unilateralmente, poco después de que los legisladores bolivianos revelaran que carecían de quórum para aprobar formalmente la renuncia de Morales debido a una actuación inadecuada de los miembros del Movimiento al Socialismo (MAS). A pesar de su declaración, la falta de un voto formal viola la Constitución boliviana.
El líder interino declaró que las elecciones presidenciales tendrán lugar en Bolivia luego de la formación de una nueva comisión electoral. Una estimación previa de Añez afirmó que una nueva elección tendrá lugar antes del 22 de enero.
La nueva posición del legislador sigue a las oportunas renuncias del vicepresidente Álvaro García Linera, el ministro de Defensa, Javier Savaleta, los jefes de ambas cámaras del Congreso y el jefe de la comisión electoral, todos los cuales pertenecen al partido MAS de Morales.
El canciller boliviano, Diego Pary, anunció su renuncia poco después de la asunción del poder de Añez.
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Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo que las autoridades de Brasil, el país más grande de América Latina, reconocen a la senadora opositora boliviana Jeanine Anez como la presidenta en funciones de Bolivia.
Morales, que huyó del país en busca de asilo político en México, dijo que la reciente serie de eventos es parte de un golpe de estado liderado por los líderes de la oposición de derecha Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho.
El derrocado líder luego denunció la presidencia autoproclamada de Añez como un flagrante desprecio y violación de la Constitución boliviana.