Los submarinos de la OTAN han duplicado el número de llamadas en los puertos noruegos en los últimos diez años, informó la embajada rusa en Oslo a Izvestia.
«En general, no hay nada sensacional en la aparición de submarinos en aguas internacionales, esta es una práctica de rutina», señaló la misión diplomática, y agregó que los submarinos estadounidenses también impulsaron su actividad en la región.
El Ministerio de Defensa de Noruega confirmó esta información, destacando que la cooperación militar con los socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte era una parte integral de la política del país.
Sin embargo, los expertos rusos entrevistados por el periódico explicaron que estas maniobras no representaban una amenaza fundamental para Rusia, ya que Moscú y Oslo vigilan de cerca las acciones del otro en las aguas del Ártico, y es demasiado pronto para hablar sobre cualquier militarización de la región.
Noruega es el principal puesto de avanzada de la alianza en la región ártica, por lo que el creciente número de submarinos que hacen escala en los puertos noruegos es bastante natural, dijo a Izvestia Valery Zhuravel, director del Centro de Estudios del Ártico en el Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia. .
Es digno de mención que la OTAN planea realizar el mayor ejercicio militar en los últimos 25 años en la primavera del 2020. Se espera que participen en él alrededor de 37,000 tropas de 19 países.
Los expertos coinciden en que Moscú seguirá de cerca estos desarrollos. Sin embargo, Noruega busca mantener el equilibrio en la región, según cita el periódico Konstantin Voronov, Jefe del Departamento de Asuntos y Conflictos Regionales del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (IMEMO).
«Dado que las perspectivas de su cooperación ártica dependen de Moscú, un país tan pequeño como Noruega actuará con discreción, a pesar de la solidaridad euroatlántica y los planes de entrenamiento de combate en ejercicios conjuntos con las fuerzas de la OTAN», señaló el experto.
Recordó que Rusia y Noruega tuvieron logros bilaterales que de alguna manera niegan cualquier posible exacerbación de las relaciones. El tema en cuestión, en particular, es el Tratado sobre Delimitación y Cooperación Marítima en el Mar de Barents y el Océano Ártico, firmado en el 2010.