Una persona murió y otras 91 resultaron heridas durante las protestas en la capital de Irak, Bagdad, dijeron fuentes médicas y de seguridad del país.
El jueves, el presidente iraquí, Barham Salih, anunció que el primer ministro Adil Abdul-Mahdi había acordado renunciar a las demandas de los manifestantes, pero siempre que las partes del país estén de acuerdo con su sucesor. Salih agregó que estaba listo para celebrar elecciones anticipadas en el país si se adoptara una nueva legislación electoral.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, emitió un comunicado de prensa el 1 de noviembre, diciendo que el gobierno iraquí «debería escuchar las demandas legítimas hechas por el pueblo iraquí». También exigió que Irak levante las restricciones a los medios de comunicación y las manifestaciones públicas.
Las protestas en Irak estallaron el mes pasado cuando la gente salió a las calles exigiendo la renuncia del gobierno, la implementación de reformas económicas y la erradicación de la corrupción. Las manifestaciones se volvieron violentas, y cientos de personas murieron en enfrentamientos con la policía antidisturbios. Tras algunas concesiones hechas por el gobierno, hubo una pausa temporal en las protestas, pero se han intensificado esta semana, con decenas de miles de personas reunidas en la plaza central de Tahrir para exigir el fin del gobierno de la élite política.