La antigua ciudad siria de Palmira fue visitada por un grupo de turistas de Rusia, que incluye artistas, críticos de teatro y cine, agentes de viajes y economistas.
Los turistas se familiarizaron con el legado de la civilización humana y documentaron la destrucción causada por la organización terrorista Daesh, que destruyó los lugares históricos más destacados de la antigua ciudad.
Los rusos expresaron su pesar y pena por las acciones de los extremistas en esta ciudad, inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, y calificaron este crimen como una vergüenza para toda la humanidad.
Señalaron la necesidad de restaurar una civilización destruida por los enemigos que buscaban destruir la historia de la humanidad.