La reelección de Venezuela para ocupar un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) representa el triunfo de la diplomacia bolivariana de paz frente al asedio del Gobierno de Estados Unidos.
Con la obtención de 105 votos por parte de los Estados miembros de la ONU, el país sudamericano demostró el prestigio internacional del que goza.
Calificado por el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, como victoria de la libre autodeterminación de los pueblos, el ingreso de Venezuela al órgano de la ONU, con la toma de decisiones a partir del 1 de enero de 2020, reafirma el respaldo a las autoridades legítimas del país.
‘Nunca antes fuimos a unas elecciones contra fuerzas tan grandes y poderosas, sin embargo, el riesgo de perder solo fortaleció nuestro ánimo de lucha porque nuestra causa es justa’, manifestó el representante permanente de Caracas ante la ONU, Samuel Moncada.
Esta reelección ratifica, sin dudas, el fracaso de los intentos de potencias extranjeras por imponer un enclave colonial en la nación, aun cuando desde Washington no cesan las maniobras para ocasionar un cambio de régimen por vías antidemocráticas, con la complicidad de un sector de la oposición venezolana.
El pasado 10 de abril, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, al frente de una coalición de más de 50 países ordenó en el Consejo de Seguridad la expulsión de Venezuela de la ONU.
De hecho, el denominado Grupo de Lima- que manifiesta hostilidad hacia el Ejecutivo de Maduro-, Estados Unidos y la Unión Europea postularon a Costa Rica la semana antes de la reciente votación, con el fin de impedir la reelección de la nación bolivariana como miembro del consejo de la ONU.
No obstante, Venezuela alcanzó el 17 de octubre, 105 votos y Brasil 153, lo cual dejó a Costa Rica fuera, con sus 96 papeletas, pues solo estaban disponibles dos plazas para el grupo de América Latina y el Caribe.
Creado el 15 de marzo de 2006, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, máxima instancia en esa materia, está conformado por 47 Estados miembros, elegidos por mayoría simple en la Asamblea General, y distribuidos según su ubicación geográfica.
En tal sentido, corresponden 13 asientos por África, 13 por Asia, ocho por América Latina y el Caribe, siete por Europa occidental y otros grupos, y seis por Europa oriental, los cuales durarán en sus funciones por tres años.