Dos muertes y las contradicciones del opositor Carlos Mesa respecto a una auditoría sobre el cómputo de votos en los comicios del 20 de octubre provocan hoy nuevas críticas al candidato perdedor y derrotado opositor en esas justas.
‘Estos muertos del pueblo lo responsabilizamos a la dirigencia cívica y al señor Carlos Mesa, porque hemos venido diciendo insistentemente que estaban queriendo muertos’, afirmó el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en declaraciones a la cadena televisiva privada PAT.
Romero confirmó que los asesinados a tiros por miembros de la Unión Juvenil Cruceñista fueron Marcelo Salvatierra, de 55 años, y Marcelo Terrazas, de 41, en un enfrentamiento, cuando intentaban romper bloqueos impuestos desde que Mesa llamó a la desobediencia civil por un supuesto fraude en los comicios generales del 20 de octubre.
Según el titular, también resultaron heridos Adrián Mercado, Luis Enrique Pedriel, José Luis Ramos, Jorge Vaca, Franklin Menacho y Juan Pablo Rivera.
Un video difundido en la televisión mostró con anterioridad este miércoles a un individuo de apellido Medina que al dar instrucciones a una tropa de choque cruceñista aseguraba que ‘si quieren bala, bala vamos a meter, ya está bueno’.
En opinión de Romero, la oposición recurre a un doble discurso y una doble moral, pues mientras de palabra se declaran pacíficos, organizan ‘estas hordas de jóvenes fascistas que se hacen llamar Unión Juvenil Cruceñista’.
Calificó de vándalos a los integrantes de estos escuadrones que atacaron la comunidad Plan Tres Mil, habitada por personas de origen humildes, contra quienes dispararon armas de fuego.
Por su parte, el vicetitular de Régimen Interior, José Luis Quiroga, informó que según las investigaciones los unionistas llegaron en camionetas desde la ciudad de Santa Cruz a la localidad de Montero para agredir a las personas que realizaban sus actividades en forma normal.
En el plano político, en tanto, la diputada del Movimiento Al Socialismo Valeria Silva opinó ayer que el candidato de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, asume actitudes irresponsables e indecisas respecto a la auditoria integral sobre los comicios generales.
‘Carlos Mesa desde mi punto de vista asume una posición bastante irresponsable y que denota su indecisión- comentó Silva en Radio Panamericana-, prefiere hacer caso a la directriz mandada desde Santa Cruz particularmente desde el señor Fernando Camacho’.
Ayer, Mesa nuevamente cambió de criterio y rechazó la auditoría integral a las elecciones del 20 de octubre que el Gobierno solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) con el respaldo de varios países.
Según Silva, Mesa no acepta su derrota electoral, primero se atribuyó el derecho a disputar una segunda vuelta sin esperar el cómputo oficial, luego demandó una auditoría internacional por sospechas de fraude y ahora exige anular los resultados de las justas en las que fue derrotado con una diferencia superior a los 10 puntos porcentuales.
Consideró Silva que las indecisiones del exvicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada generan actos de ‘confrontación’ en el país, tomando en cuenta que el día de las elecciones convocó a la población a protestar en las calles ante un supuesto fraude comicial, sin que hasta el momento presente pruebas.
De su lado, el Comité Cívico de Santa Cruz presionó ayer a Mesa en un documento en el cual ‘por unanimidad’ lo declaró traidor a ese departamento por negarse a exigir al gobierno y a los organismos internacionales ‘la nulidad de las elecciones generales’.
El texto, al que tuvo acceso Prensa Latina, recuerda al candidato perdedor en las justas del 20 de octubre que el Comité pidió al pueblo su voto, y le aclara que por tanto esas boletas pertenecen al titular del Comité, Luis Fernando Camacho, y no a él.
‘Condenamos además la posición tibia, ambivalente y timorata clásica del señor Mesa, quien hoy prefiere velar por sus intereses personales y mantener la bancada que CC ha logrado en el Parlamento en un proceso fraudulento’, proclama el escrito.
La declaración del Comité de tendencia extremista concluye con la exigencia de anular las elecciones y proceder a la realización de otras, sin las candidaturas del ganador de los comicios, Evo Morales, ni del segundo mejor posicionado, Carlos Mesa.