China considera un acoso económico las nuevas medidas propuestas por Estados Unidos contra las operaciones de las tecnológicas Huawei y ZTE, una nota discordante mientras ambas potencias progresan hoy hacia un pacto que selle su guerra comercial.
Al expresar rotundo rechazo, el Ministerio de Relaciones Exteriores exigió a Washington parar con las difamaciones e imposición de restricciones irrazonables a las firmas domésticas. Aseguró que las últimas trabas son contrarias a los principios norteamericanos de mercado y no tendrán respaldo en la comunidad internacional.
Estados Unidos ?remarcó- abusa de su poder para recrudecer las limitaciones contra las empresas chinas sin proporcionar ninguna evidencia que respalden sus acusaciones y solo dañará a sus propias compañías y consumidores.
En ese sentido, la Cancillería urgió a la Casa Blanca dejar de generalizar el concepto de amenaza a la seguridad nacional y garantizar un entorno de negocios justo y sin discriminaciones.
De esa manera, el gobierno de Beijing respondió a la presentación este lunes de una propuesta por parte de entidades reguladoras estadounidenses para impedir a firmas locales de telecomunicaciones comprar tecnología y servicios de Huawei y ZTE.
La iniciativa se votará el próximo 19 de noviembre, de aprobarse llevaría a desmontar equipos de las partes afectadas que estén en funcionamiento y prohibiría usar dinero gubernamental para adquirir equipamiento de las corporaciones consideradas una amenaza a la seguridad nacional.
Se trata del último capítulo de la campaña de Washington contra Huawei y ZTE, que en los últimos tiempos son blanco de crecientes barreras en medio de la guerra comercial desatada entre la primera y segunda economía del planeta hace más de año y medio.
Tal acción ensombrece los avances entre los negociadores de Estados Unidos y China para lograr un entendimiento sobre sus diferencias y sepultar la confrontación, que desencadenó la mutua adopción de alzas tarifarias sobre las respectivas importaciones.
Hace unos días las partes decidieron completar las consultas a nivel técnico sobre algunos detalles del necesario acuerdo comercial, resolver apropiadamente las principales preocupaciones de cada lado y poner en marcha mecanismos equivalentes de supervisión para la importación de carne avícola y pescado bagre de China.
Beijing levantará la prohibición a las exportaciones estadounidenses de aves de corral y activará un Sistema informativo de Salud Pública para los cárnicos de país norteño.
Además, ambos equipos convinieron en continuar las discusiones y sus jefes negociadores tendrán un nuevo contacto en breve tiempo.
A principios de este la primera y segunda potencia del planeta lograron un pacto limitado ?aun no redactado- y su primera fase incluye el tema de la propiedad intelectual, los servicios financieros y la tasa de cambio.
Además, el territorio norteamericano canceló el incremento de gravámenes por 250 mil millones de dólares que preveía aplicar sobre bienes chinos desde el pasado día 21, en tanto el gigante asiático aceptó comprarle hasta 50 mil millones de productos agrícolas.