La cantidad de actividades de protesta en Rusia puede aumentar, mientras que las protestas sociales se politizarán, escribió Vedomosti, citando un informe de la Agencia de Comunicaciones Políticas y Económicas.
Cientos de protestas ocurrieron en la primera mitad del 2019. El nivel general de participación no ha sido alto, pero la agenda de los manifestantes tiende a exceder sus reclamos iniciales y las políticas sociales y económicas del gobierno (ruso) claramente alimentan estas manifestaciones, dice el informe.
Las protestas sociales en las regiones de Rusia pueden adquirir un ambiente político a medida que los lazos dentro de varios grupos se fortalecen y los manifestantes comienzan a combinar sus demandas porque las autoridades siguen rechazándolas una y otra vez, explicó el Director General de la Agencia, Dimitri Orlov. «Es muy probable que las protestas se politicen en una situación en la que una campaña electoral competitiva se acompaña de un conflicto entre la élite. Diferentes grupos de élite pueden apostar por los manifestantes», agregó.
El politólogo Gleb Kuznetsov, a su vez, señaló que «hemos visto más protestas en los últimos dos años, que de repente surgieron en lugares inesperados. Es una tendencia mundial: 2019 puede describirse como el año de las manifestaciones, que van desde el movimiento del chaleco amarillo en Francia hasta América Latina, Hong Kong y Barcelona. Las protestas callejeras no son solo una tendencia rusa sino también global», señaló.
Los problemas sociales y económicos no resueltos son la razón principal detrás de las crecientes actividades de protesta, pero en Rusia, las manifestaciones no son tan grandes como en otros países, señaló el experto. Kuznetsov dijo que la insatisfacción de las personas con su situación social y económica era la causa principal de cualquier protesta. «Dicho esto, cualquier cosa puede provocar disturbios, incluidas razones políticas, ambientales e incluso religiosas», especificó el experto.