El presidente boliviano, Evo Morales, reprendió a una misión de observación electoral regional el jueves por cuestionar la legitimidad de lo que dijo que fue una victoria absoluta para él en la primera vuelta de una disputada elección.
El líder izquierdista ha logrado una ventaja decisiva de 10 puntos sobre su principal rival en el conteo, luego de las elecciones del domingo, en las que estallaron protestas y marchas en ciudades clave, informó Reuters.
Morales dijo que los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) lo habían calumniado al plantear lo que llamó «serias dudas» sobre las elecciones. El equipo local de la OEA recomendó el jueves que Bolivia convoque una votación de segunda vuelta, luego de un cambio repentino, a favor de Morales, que desencadenó acusaciones de manipulación de votos por parte de la oposición.
«No quiero pensar que la misión de la OEA ya está participando en un golpe de estado», dijo Morales, reiterando su acusación de que su principal rival, Carlos Mesa, estaba tratando de robar su victoria.