Las autoridades de Hong Kong retiraron el proyecto de ley de extradición del parlamento, lo que provocó las feroces protestas en curso. La medida del gobierno para satisfacer la mayor demanda de los manifestantes marca una seria victoria para la oposición de Hong Kong. Sin embargo, los expertos entrevistados por Kommersant creen que el retiro del proyecto de ley solo producirá un breve respiro en el enfrentamiento.
Las autoridades decidieron eliminar la molestia clave de la sociedad luego de otra ola de protestas que había envuelto a Hong Kong el domingo. Mientras tanto, a pesar de hacer una concesión sobre un tema, parece poco probable que el gobierno acepte otras demandas que los manifestantes han presentado, que incluyen el sufragio universal y la renuncia de la presidenta ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam.
Las protestas de Hong Kong cubren muchos puntos problemáticos, por lo que no se debe esperar que la medida del gobierno lo ayude a tomar el control de la situación que ya pasó el punto de no retorno, por lo que las protestas solo crecerán, dijo el fundador de Brianstorm Content Solutions, Brian Yeung. Según él, el tema del proyecto de ley de extradición era solo la punta del iceberg, apuntando a las crecientes tensiones en Hong Kong, causadas por diferencias fundamentales entre Beijing y el movimiento para preservar la identidad local, así como por los crecientes problemas sociales y económicos de Hong Kong.
«El proyecto de ley de extradición surgió por la necesidad de mejorar la legislación penal. Sin embargo, la historia pronto adquirió un aspecto político», señaló Alexei Voskresensky, jefe del Centro de Estudios Integrales de China en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú. En su opinión, el sentimiento anti-China se ve impulsado por los cambios en las relaciones con China continental, que no están a favor de Hong Kong. Beijing ha demostrado que es capaz de crear un modelo económico que puede competir con éxito con el de Hong Kong, por lo que este último ya no parece el líder que solía ser. «Hong Kong está empezando a perder la carrera y el deterioro de la situación requiere un enemigo externo. China se ha convertido en el enemigo en muchos ojos. Como resultado, la fórmula «un país, dos sistemas» que apuntala las relaciones entre Hong Kong y China está a punto de dejar de trabajar, que está lleno de más turbulencias», enfatizó el experto.