El canciller reafirmó en Bakú, Azerbaiyán, que Venezuela está a favor del multilateralismo y de la diplomacia de la paz.
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, afirmó este miércoles que su país es víctima de un experimento de guerra no convencional, al denunciar la política intervencionista del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.).
«Venezuela vive un experimento de guerra no convencional que va acompañado del robo y saqueo de los bienes y activos de la República”, denunció Arreaza en Bakú, Azerbaiyán, al inaugurar la reunión ministerial preparatoria de la XVIII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), a celebrarse este fin de semana.
“Desde esta tribuna exigimos el levantamiento de todas las medidas coercitivas unilaterales sobre nuestro país», demandó el canciller de la nación suramericana.
Remarcó que Venezuela “es víctima de los embates del intervencionismo por parte de factores externos en su afán por propiciar un cambio de gobierno e instaurar un régimen servil a sus intereses».
«A Venezuela se le está aplicando un plan de destrucción económica y financiera, a través de la ilegal promulgación e implementación de medidas coercitivas unilaterales, un castigo colectivo a nuestro pueblo para doblegar su voluntad», puntualizó.
Reclamó el derecho de la humanidad a vivir en paz, sin sobresaltos, pues “es el derecho real de nuestros pueblos a decidir su futuro sin temor a agresiones externas que atenten contra su soberanía nacional».
«Somos testigos de la crisis que enfrenta el multilateralismo ante las agresiones de países occidentales. Un fenómeno sistémico que se manifiesta con intervenciones militares, desestabilización política y económica de los Estados», externó Arreaza.
En la sesión ministerial del Mnoal, el ministro agradeció a los países miembros de ese foro internacional su «voto de confianza y el valioso apoyo a la candidatura de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos».
En la XVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mnoal, a desarrollarse el 25 y 26 de octubre en Bakú, Venezuela traspasará la presidencia pro témpore del organismo a Azerbaiyán, el país anfitrión.