Las protestas han estallado en Bolivia después de que el principal candidato de la oposición en las elecciones presidenciales se negó a conceder la victoria al actual presidente Evo Morales.
Los partidarios del presidente Morales se enfrentaron con los de Carlos Mesa, que llegó muy cerca de Morales en las encuestas dominicales, en la capital, La Paz, el lunes.
También estallaron enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, que disparó gases lacrimógenos, en La Paz y las ciudades de Oruro, Potosí y Cochabamba.
Las imágenes en la televisión local también mostraron a los manifestantes en las ciudades de Tarija y Sucre quemando montones de urnas y prendiendo fuego a las estaciones de conteo de votos.
En Camiri, el centro de la industria del gas en Bolivia, se vio a manifestantes atacando las oficinas de la compañía petrolera nacional.
La violencia estalló después de que la junta electoral comenzó a divulgar nuevos datos a última hora del lunes luego de una detención de casi 24 horas en el comunicado. Antes de eso, un recuento oficial de casi el 84 por ciento de las papeletas mostró que las elecciones iban a una segunda vuelta por primera vez en más de una década.
Mesa ya estaba celebrando ir a una segunda ronda el domingo.
Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) actualizó su cuenta el lunes, lo que le dio al presidente Morales una ventaja de 10 puntos.
Según los resultados actualizados, Morales obtuvo el 46.85 por ciento de los votos, y Mesa el 36.73 por ciento.
El conteo final oficial no se vence en siete días.
Los opositores han acusado a las autoridades de manipular los votos para ayudar a Morales a evitar una segunda vuelta contra la oposición.
Mesa ha pedido a las personas «que lleven a cabo una batalla en defensa del voto».
Morales ha ganado sus tres períodos anteriores con mayorías sólidas. El país sudamericano ha estado experimentando años de estabilidad y crecimiento político y económico bajo su gobierno. La economía ha crecido en un promedio anual de aproximadamente 4.5 por ciento, muy por encima del promedio regional, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) predice que crecerá a un cuatro por ciento este año.