El Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, y una delegación del Congreso de los Estados Unidos encabezada por la Presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, realizaron una visita urgente y sin previo aviso a Afganistán. Está claro que llegaron a Kabul para discutir la situación con el presidente Ashraf Ghani, ya que existe una gran amenaza de que las elecciones presidenciales en Afganistán puedan verse interrumpidas, escribe Nezavisimaya Gazeta. Antes de la visita de la delegación de Estados Unidos, la Comisión Electoral Central de Afganistán dijo que no declararía el resultado de la votación presidencial del 28 de septiembre. Se esperaba que los resultados finales se anunciaran el 7 de noviembre. Este largo proceso de conteo de votos se explica por el hecho de que la mayoría de los colegios electorales se encuentran en áreas de difícil acceso.
El investigador principal del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladimir Sotnikov, cree que las visitas de delegados estadounidenses de alto rango estaban vinculadas a la negativa de la máxima autoridad electoral afgana a declarar el resultado de la votación. Recordó que los congresistas habían mantenido una reunión con ambos candidatos, el actual presidente Ashraf Ghani, que cuenta con el apoyo de los pastunes étnicos y el primer ministro Abdullah Abdullah, que está respaldado principalmente por su comunidad étnica tayika. «Es muy importante para los estadounidenses asegurarse de que la situación en Afganistán no se salga de control», explicó Sotnikov.
«El objetivo de la visita a Kabul es garantizar que la crisis política actual no empeore. Y los esfuerzos de Washington ahora se centrarán en esto», cree el experto. Es vital para Washington resolver la crisis porque esto podría poner en duda la legitimidad de las autoridades de Kabul, no solo a los ojos de Afganistán, sino también de toda la comunidad internacional.