La declaración del secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, sobre la disposición de Washington para tomar medidas militares contra Turquía es parte de una disputa con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pero de hecho es poco probable que Estados Unidos use la fuerza militar, dijo el presidente del Consejo del Comité de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa (la cámara alta del parlamento), Konstantin Kosachev.
Pompeo dijo anteriormente en una entrevista con CNBC que «en caso de que sea necesaria una acción cinética o militar, debe saber que el presidente Trump está completamente preparado para emprender esa acción».
«No está claro por las palabras de Pompeo qué podría incitar a Estados Unidos a tomar una acción militar contra Turquía. El hecho de que no dibujó una ‘línea roja’ prueba que debe ser algo extraordinario, como el ataque deliberado de Turquía contra las tropas estadounidenses desplegadas en el región, pero difícilmente sucederá, por lo que la situación seguirá siendo como es: Erdogan continuará demostrando su política independiente hacia Siria y los kurdos, mientras Washington ha sacudido un dedo a Ankara y ahora volverá a las sanciones y la diplomacia, que es lo que dijo el secretario de estado», señaló Kosachev.
Según él, Estados Unidos busca mostrar su determinación y demostrar que en realidad no ha abandonado a los kurdos, «mientras que todos los críticos de Trump lo han señalado».
«La declaración del secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, no es una declaración de intenciones, sino una continuación de un debate con el presidente de Turquía, Erdogan, que fue transferido al nivel de Pompeo por razones tácticas. De lo contrario, habría resultado que Trump está amenazando una guerra contra Erdogan justo después de llamarlo amigo», señaló el senador ruso.
Kosachev cree que la política del presidente de los Estados Unidos de retirarse de las guerras, lo cual ha confirmado públicamente, significa que no se lanzarán nuevas operaciones militares, por no hablar de una operación contra un aliado de la OTAN «con objetivos poco claros».