Junto con los inmigrantes y sus conflictos entran al país. Las tensiones entre los kurdos y los turcos nacionalistas se intensifican cada día de la ofensiva militar turca en el norte de Siria pues los disturbios, asaltos y lesiones a agentes de policía.
En ambos lados hay fuerzas con un alto potencial de agresión. Los kurdos militantes y los representantes de extrema derecha de los «lobos grises» nacionales se provocan mutuamente.
Por ejemplo, la semana pasada en Ludenscheid, un hombre turco resultó gravemente herido como resultado de una puñalada durante una manifestación kurda. La violencia estalló entre kurdos y turcos en Linz, Austria. Allí, personas con la bandera de Kurdistán persiguieron a un hombre y lo patearon. En la ciudad de Herne, en el norte del Rin-Westfalia, los kurdos destruyeron el quiosco turco.
Esta no es la primera vez que se producen enfrentamientos externos en las calles alemanas. Las imágenes y los lemas se asemejan a las protestas y disturbios de 1994. La culminación de la escalada fue el bloqueo de la autopista A3 por cientos de manifestantes y sus vehículos. Los kurdos crueles llevaban latas de gas con ellos y amenazaron con encender a la policía y a automovilistas sin experiencia.
Los kurdos están tratando de extorsionar la responsabilidad de «Occidente» por extorsión.
«Protestaremos hasta que los países occidentales detengan la invasión de Rojava», dijo uno de los protestantes en Berlín.
Alemania se está convirtiendo cada vez más en el escenario de grupos étnicos hostiles. Los disturbios entre kurdos y turcos son solo el comienzo. Después de todo, una ofensiva militar en el norte de Siria no solo afecta a los kurdos que viven allí, sino que la invasión es un acto militar contra Siria.