Ante las protestas desatadas en Chile tras el anuncio del presidente Sebastian Piñera de un aumento del precio del transporte, el sistema de la ONU en ese país apuesta hoy por buscar soluciones pacíficas.
Según se conoció en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el equipo del organismo multilateral en Chile expresó profunda preocupación por la violencia reportada en algunas manifestaciones de los últimos días.
Asimismo, llamaron a los sectores de esa sociedad a disminuir las tensiones, rechazar cualquier acto de violencia y buscar vías pacíficas para enfrentar los actuales desafíos.
También lamentaron el elevado número de heridos que se produjeron durante los incidentes tanto de civiles, incluyendo a menores de edad, como de integrantes de las fuerzas del orden, así como las pérdidas materiales y daños causados.
Con relación al estado de emergencia declarado por el Gobierno durante este fin de semana en Santiago de Chile, la ONU recordó que ‘las disposiciones que conlleva deben ser aplicadas bajo el más estricto apego al estado de derecho y a las normas internacionales’.
Al menos 283 detenidos, casi medio centenar de heridos y varias torturas psicológicas y físicas durante las detenciones, es el saldo de los últimos días en Chile, de acuerdo con el Instituto Nacional de Derechos Humanos de esa nación.
De las personas detenidas, 151 son hombres, 61 mujeres y 71 son niños, niñas y/o adolescentes, según los testimonios recogidos por los profesionales de esa entidad.
También hay varias querellas por violencia policial donde los detenidos acusan a los agentes policiales de uso desmedido de la fuerza, vejaciones, malos tratos, golpes en rostros y muslos, torturas, desnudamientos a mujeres y hombres, maltratos sexuales, entre otras.
En medio de este panorama, la Comisión Chilena de Derechos Humanos en una declaración pública reiteró que para enfrentar el descrédito de las instituciones del país urge establecer un nuevo pacto social para sentar las bases de un sistema democrático verdadero.
Además, señaló que el actual estallido social reinstaló la necesidad de avanzar en ese camino como ‘solución de fondo al legítimo descontento expresado por el pueblo chileno y como respuesta a la situación de ingobernabilidad’.
Por ello, exigieron al Gobierno que cese la represión y ponga fin al Estado de Emergencia y el Toque de Queda, no sólo porque significa un grave retroceso para los Derechos Humanos y una afrenta a la memoria de de los chilenos, sino porque la solución a la actual crisis no puede ser militar, sino política.