Ecuador ha experimentado disturbios masivos desde principios de octubre después de que el presidente Lenin Moreno propuso medidas de austeridad introducidas como reformas económicas como condición para recibir un paquete de préstamos de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Mientras tanto, la embajada mexicana en la ciudad ecuatoriana de Quito ofreció protección y refugio a la legisladora local opositora Gabriela Rivadeneira, informó Reuters, citando al Ministerio de Relaciones Exteriores de México.
Rivadeneira, la ex presidenta de la asamblea nacional ecuatoriana, ha sido una crítica de las políticas de Moreno. Más temprano en el día, instó a los manifestantes a continuar con las protestas contra las medidas de austeridad propuestas.
Actualmente, Rivadeneira se ha unido al partido político del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, cuyos aliados han sido acusados de provocar una revuelta contra Moreno.
Moreno declaró el estado de emergencia en relación con las protestas y trasladó la sede del gobierno de la capital de Quito a la ciudad de Guayaquil, ubicada en el oeste del país.
Las protestas fueron organizadas inicialmente por empresas de transporte, que se unieron contra el desguace de los subsidios al combustible, pero pronto se unieron organizaciones de otras industrias. Además, los grupos indígenas también se han involucrado en las protestas contra la austeridad, exigiendo el diálogo.
El presidente ecuatoriano declaró que las medidas de austeridad no serían descartadas, y señaló que estaba listo para reunirse con representantes de los pueblos indígenas para discutir sus demandas.
Más temprano el sábado, las Fuerzas Armadas ecuatorianas impusieron restricciones al movimiento de personas en «áreas estratégicamente importantes» en todo el país, en medio de la ola de protestas en curso en la nación sudamericana. Moreno impuso un toque de queda en Quito y en las afueras de la ciudad. El Ministerio de Turismo ha pedido a los turistas que se queden dentro de sus hoteles y dentro del aeropuerto de Quito.
La economía ecuatoriana sufre una pesada carga de deuda de unos 3.600 millones de dólares, que se disparó bajo el liderazgo anterior. Moreno ha insistido en recortar la deuda a alrededor de $ 1 mil millones para 2020.