Turquía ha llevado a cabo ataques aéreos contra posiciones kurdas en el norte de Siria y anunció su disposición a realizar una operación terrestre para crear una zona de seguridad en la orilla oriental del río Éufrates. Todo esto fue posible después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declarara que Washington no tenía más obligaciones con los kurdos y ordenó la retirada de las tropas estadounidenses de Siria. Según los expertos entrevistados por Kommersant, Rusia ahora podría obtener importantes beneficios políticos, ya que Washington ha dejado en claro a sus aliados que es peligroso depender de Estados Unidos.
Donald Trump está cumpliendo su antigua promesa de traer a las tropas estadounidenses a casa, mientras que el presidente de Turquía, Erdogan, planea asegurarse de que no haya vínculos entre los kurdos sirios y turcos, señaló el ex embajador de la UE en Turquía, Marc Pierini. Según él, la creciente erosión de la confianza entre Turquía y otros países de la OTAN es otro factor que jugará en las manos del Kremlin.
Las acciones de Trump provocarán temor entre los aliados de EE.UU. en la región, que ahora tendrán que considerar en qué medida pueden confiar en Estados Unidos, dijo Hugh Miles, autor de ArabDigest.org. En esta situación, el presidente ruso Vladimir Putin parece alguien en quien realmente se puede confiar, agregó el experto.
El investigador principal del Instituto de Estudios de la Academia de Ciencias de Rusia y Canadá, Vladimir Vasilyev, a su vez, le dijo a Nezavisimaya Gazeta que Trump había aprobado la operación de Turquía en Siria específicamente para mejorar las relaciones con Erdogan y garantizar beneficios adicionales para la economía estadounidense. El experto cree que Trump estaba muy impresionado por un aumento en el comercio de armas entre Moscú y Ankara y por la compra de Turquía de los sistemas de misiles S-400 de Rusia en particular.