El proceso de cambio que encabeza en Bolivia el presidente, Evo Morales, exhibe hoy un privilegiado crecimiento de la economía mientras el indicador de pobreza disminuyó de manera importante, según expertos.
Cuando uno analiza el largo plazo en Bolivia, mantuvo un crecimiento muy por encima del promedio de la región; tuvo un proceso de reducción de la pobreza de magnitudes muy importantes, afirmó el presidente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Luis Carranza.
Durante un acto público realizado ayer en esta urbe gubernamental, Carranza afirmó que muy pocas economías en el mundo redujeron de manera importante sus índices de pobreza en un período tan corto como el Estado Plurinacional.
A 16 días de los comicios generales en los cuales Morales aspira a la reelección, el país suramericano mantiene estos indicadores positivos y encabeza la estabilidad macroeconómica en la región, a pesar de la crisis internacional de los precios de las materias primas.
‘Bolivia fue afectada -observó el experto-, pero está soportando de mejor forma (la crisis internacional) por las fortalezas intrínsecas que tiene la economía boliviana’.
Los gobiernos neoliberales dejaron al país con una pobreza del 38,2 por ciento en 2005, y en 2018 este indicador descendió a menos de la mitad (15,2 puntos porcentuales).
Otro éxito del modelo económico, social, comunitario y productivo establecido por el gobernante Movimiento al Socialismo desde el punto de vista de la movilidad en la sociedad, fue el paso en el último sexenio de más de tres millones de personas a la categoría de clase media.
En este contexto, organismos especializados como la Comisión Económica para América Latina y hasta el neoliberal Fondo Monetario Internacional estiman que el país crecerá en 2019 alrededor del 3,5 por ciento, mientras que el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas sitúa esa cifra en cuatro unidades sobre 100.
¿POLÍTICA CORRECTA O MILAGRO?
Los expertos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) Alfredo Serrano y Guillermo Oglietti afirman en el artículo ¿Por qué funciona la economía boliviana?, publicado en el periódico mexicano La Jornada, que tal éxito se debe en buena medida a la desdolarización de la economía.
Entre otras medidas, recuerdan que el gobierno de Morales recibió un tipo de cambio de ocho pesos por dólar, y en poco tiempo ‘apreció’ la moneda nacional (boliviano) a siete por una moneda estadounidense. En la actualidad se mantiene estable (se cotiza en 6.95).
De esta forma, se generó una pérdida para los tenedores de dólares, con lo que se rompió la inercia y se emitió el mensaje de que la apuesta al billete verde no siempre gana. Simultáneamente, se desalentó la compraventa de divisas con una ampliación del diferencial cambiario de 10 centavos y se incrementó a 66,5 por ciento el encaje líquido de los bancos por cada depósito en dólares, agregan.
Según los expertos de Celag, el encaje para los depósitos en bolivianos, por el contrario, es de solo el 11 por ciento, y esto encarece el costo de los créditos en dólares.
Serrano y Oglietti señalan que también se ofrecieron tasas más altas a los ahorristas en moneda nacional mientras se incrementaron los requisitos para otorgar créditos en divisas extranjeras y se facilitó en bolivianos, lo cual aumentó la preferencia por esta unidad monetaria.
Los estudiosos de Celag consideran importante, igualmente, la decisión del gobierno del presidente Morales de emitir títulos públicos en moneda nacional mientras que desaparecieron los codificados en dólares.
Estas y otras medidas que caracterizan la estrategia del modelo económico, social, comunitario y productivo del proceso de cambio en Bolivia convierten a su economía en la de mayor crecimiento en Suramérica en los últimos cinco años en forma consecutiva.