La inestabilidad de la economía mundial y la débil demanda interna plantean riesgos para el crecimiento de la economía rusa en 2019-2020, según el informe preparado por expertos de la Escuela Superior de Economía.
«Las perspectivas inmediatas de crecimiento económico frente a la débil demanda interna y una situación inestable en la economía mundial son cada vez más vagas», dijo el informe.
Según los expertos, en agosto, la economía rusa retuvo las tendencias anteriores: el estancamiento del gasto del consumidor y la construcción en medio de la creciente producción industrial. Al mismo tiempo, en los próximos meses, la tasa de crecimiento anual del índice de las industrias básicas aumentará debido al bajo efecto base del cuarto trimestre del año pasado y alcanzará el 1,4%. Esto se verá facilitado por la actual flexibilización de la política monetaria y un posible crecimiento del gasto presupuestario en proyectos nacionales.
«Más cerca de fin de año, se espera que la financiación para proyectos nacionales aumente, y el Banco Central bajó una vez más su tasa clave en septiembre al 7% y es probable que la reduzca aún más. También podemos esperar una mejora formal de la índice de actividad económica debido a su crecimiento actual desde el comienzo del año y al bajo efecto base del cuarto trimestre del 2018», explicaron los expertos.
Según el informe, si se puede alcanzar el objetivo de crecimiento del PIB de Rusia del 1,3% en el 2019, la desaceleración del crecimiento económico mundial y la inestabilidad del entorno externo crearán riesgos para el crecimiento posterior de la economía rusa en el 2020.