Aparentemente, una miembro de la delegación venezolana que asistió a la Asamblea General de las Naciones Unidas rechazó al presidente estadounidense Donald Trump mientras se dirigía al organismo internacional.
La diplomática del país latinoamericano decidió ignorar a Trump leyendo un libro en lugar de escuchar su discurso del martes.
En la parte de su discurso relacionado con Venezuela, Trump describió al presidente venezolano, Nicolás Maduro, como un «dictador» y un «títere cubano».
Luego amenazó a Caracas, advirtiendo que Washington estaba observando de cerca al país y esperando que restauraran la «democracia» a la nación.
Tan pronto como Trump comenzó el aluvión de insultos personales y amenazas veladas contra Maduro y el gobierno venezolano, la delegada recogió un libro sobre el luchador por la libertad sudamericano y el famoso héroe nacional Simón Bolívar, y comenzó a leerlo y leerlo.
Maduro, él mismo, no asistió a la reunión de la asamblea y optó por viajar a Moscú para reunirse con el aliado cercano, el presidente ruso, Vladimir Putin, el miércoles.
Mientras tanto, Estados Unidos anunció el martes nuevas sanciones contra Venezuela, apuntando sus lazos con su aliado Cuba.
La medida es la última escalada de las sanciones de Estados Unidos destinadas a socavar el gobierno de Maduro.
Caracas, en respuesta, lanzó una campaña mundial para denunciar las sanciones económicas de Estados Unidos contra el país latinoamericano y obtuvo más de 13 millones de firmas como parte de una petición oficial que se entregará a las Naciones Unidas.
Las Naciones Unidas dicen que las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a Venezuela han dejado a una cuarta parte de los 30 millones de personas del país que necesitan ayuda humanitaria.
Las últimas sanciones apuntan a cuatro compañías, tres registradas en Panamá y una en Chipre, que envían petróleo desde Venezuela a Cuba, y nombra cuatro petroleros específicos.