La declaración se produce en medio de las crecientes tensiones en el Golfo Pérsico tras el derribo de un avión no tripulado de reconocimiento estadounidense sobre el Estrecho de Ormuz por las defensas aéreas iraníes en junio.
El comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, general de brigada Kioumars Heydari, subrayó en una declaración el 4 de agosto que el ejército iraní ha alcanzado la máxima eficiencia y ahora puede «responder a cualquier amenaza con la mayor firmeza en el menor tiempo posible».
«La Fuerza Terrestre del Ejército, como otras Fuerzas Armadas, está a la altura de la preparación y, si surge alguna amenaza, la cortará de raíz», dijo el comandante.
Tensiones en el Golfo: derribo de aviones no tripulados y ataques contra petroleros
Sus declaraciones se producen en medio de crecientes tensiones entre Irán y Estados Unidos. La última escalada tuvo lugar después de que las defensas aéreas iraníes derribaron un avión no tripulado estadounidense sobre el Estrecho de Ormuz en julio. Teherán declaró que el vehículo aéreo no tripulado (UAV) junto con un avión de reconocimiento P-8 Poseidon tripulado había violado las fronteras del país y no respondió a las advertencias, aunque Irán decidió evitar el avión.
Washington inicialmente planeó lanzar un ataque de represalia contra Irán, pero limitó su respuesta a la imposición de nuevas sanciones contra la oficina del líder supremo y ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif.
Otra fuente de tensiones entre los dos estados de la región fueron los ataques contra buques tanque en el Golfo. En dos ocasiones separadas, un total de 6 petroleros sufrieron daños no críticos en sus cascos. Washington se apresuró a acusar a Irán de los ataques, alegando que este último busca impedir las exportaciones de petróleo de los Estados del Golfo.
Teherán negó los reclamos estadounidenses que instaban a la comunidad internacional a garantizar la seguridad de los envíos en la región. El país también criticó los intentos de echarle la culpa a los ataques de «bandera falsa». En particular, la investigación oficial de uno de los incidentes, realizada por los Emiratos Árabes Unidos, mostró que un actor estatal estaba detrás de él, pero no podía decir cuál exactamente.
La escalada de tensiones fue precedida por una acumulación militar estadounidense en la región que incluyó el despliegue de tropas adicionales, bombarderos B-52 y sistemas de misiles Patriot.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, advirtió repetidamente a Irán contra acciones agresivas dirigidas a los EE. UU. O sus aliados en la región, mientras que Irán advirtió reiteradamente a Washington que no intente atacar a la República Islámica. Al mismo tiempo, los jefes de ambos estados han insistido en que sus países no busquen la guerra entre ellos.