Según un informe del Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión Europea, el 34 por ciento de los inmigrantes procedentes fuera de la Unión Europea (UE) y que viven en zonas rurales están en riesgo de pobreza.
El estudio encontró que el 17 por ciento está desempleado, en comparación con una tasa de desempleo del 8 por ciento para aquellos que viven en el país donde nacieron en la UE.
Sin embargo, según el informe, la proporción del empleo rural que ocupan los trabajadores migrantes aumenta gradualmente con el tiempo.
Entre 2011 y 2017, hubo un aumento del 4,3% al 6,5% en la proporción de migrantes en el empleo total en el sector agrícola de la UE.
Según el estudio, esta tendencia es impulsada por España, Italia y Dinamarca, donde la proporción de migrantes empleados en la agricultura es varios puntos porcentuales más alta que la proporción de migrantes empleados en todos los demás sectores.
Los datos locales en Italia y España también muestran una asociación positiva entre la creciente proporción de migrantes en la población y una alta proporción del trabajo temporal en la agricultura en municipios específicos.
Los datos locales en Italia y España también muestran que la migración se está expandiendo en áreas donde la población de nativos está disminuyendo.
Los autores concluyen que la presencia de migrantes en las zonas rurales presenta desafíos (como la lejanía, el aislamiento, el acceso limitado a los servicios) y las oportunidades (contrastando las tendencias de despoblación, proporcionando fuerza laboral) tanto para los migrantes como para las comunidades de acogida.