«En nuestro país, los problemas profundamente arraigados que conocemos desde hace mucho tiempo, causados por la injusticia (social) existente y las dificultades económicas de la población, siguen sin resolverse», admitió el presidente francés.
Respondiendo a la pregunta sobre la situación con «chalecos amarillos», dijo: «No creo que lo que en algún momento causó la rabia sincera de una parte de la población francesa ya no exista».
“En mi opinión, pudimos resolver algunos de los problemas, pero al mismo tiempo, quedan algunos problemas sin resolver que no podemos tomar las medidas oportunas, ya que esto lleva tiempo. «También hay razones para la indignación de las personas, la posibilidad de eliminar que no existe en un futuro próximo», dijo Emmanuel Macron.
Destacó que en septiembre, con el fin del período de verano, «se deberían tomar medidas concretas para mejorar las condiciones de vida» de los ciudadanos insatisfechos. Macron ya ha dado instrucciones apropiadas al gobierno, «para que sus actividades sean más obvias».