Hace seis años, el agente encubierto de la CIA y contratista de la NSA Edward Snowden salió de las sombras para revelar que era el responsable de la mayor filtración de información secreta del gobierno en la historia de los Estados Unidos. Los estadounidenses aprendieron que el gobierno no estaba espiando a los terroristas para mantenernos seguros, pero en realidad estaba mucho más interesado en espiarnos.