La embajada china en los Estados Unidos ha expresado su «gran insatisfacción» con los comentarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos en el 30 aniversario de las protestas dirigidas por estudiantes en la Plaza de Tiananmen, informó Reuters.
La embajada china dijo en un comunicado, citado por Reuters, que los comentarios del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, sobre el aniversario se hicieron «por prejuicio y arrogancia» e interfirieron con los asuntos internos de China.
El 4 de junio de 1989, una protesta dirigida por estudiantes que se celebraba en la Plaza Tiananmen de Beijing fue dispersada por el ejército, dejando a más de 200 muertos y 7.000 heridos, según estimaciones oficiales. Los activistas de derechos humanos han afirmado que la cifra de muertos es de miles.
Pompeo hizo un llamado a Beijing para celebrar el aniversario del 4 de junio y a liberar a todos los presos presuntamente encarcelados por combatir los abusos contra los derechos humanos en China.
En particular, Pompeo dijo, citado por el sitio web de noticias RTL con sede en Luxemburgo, que «los ciudadanos chinos han sido sometidos a una nueva ola de abusos, especialmente en Xinjiang, donde el liderazgo del Partido Comunista está intentando metódicamente estrangular la cultura uigur y eliminar la Fe islámica «, refiriéndose a la supuesta detención masiva de personas uigures predominantemente musulmanas en campos de trabajo.
La embajada china dijo en una declaración que «los derechos humanos de China se encuentran en el mejor período de la historia».
China ha enfrentado críticas internacionales por la situación en Xinjiang, específicamente por los llamados campos de reeducación en el área, donde se cree que hasta 1 millón de uigures y otros musulmanes turcos están detenidos bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo y extremismo religioso.
Los uigures trataron de buscar la independencia de China en los años 1930 y 1940. En los últimos años, el gobierno chino ha introducido medidas de seguridad más estrictas en la región, justificando sus acciones al citar la lucha contra el extremismo.
Beijing ha negado la existencia de «campos de reeducación» en numerosas ocasiones, insistiendo en que el país cumple plenamente con la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.